La muerte de mis tarjetas: la tecnología y sus usos cotidianos

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Resumen


El propósito de este ensayo es exponer como el uso tecnológico ha sustituido los núcleos centrales de los problemas sociales, a través de su función discursiva y de las herramientas que, en la producción tecnológica, se han convertido en fuentes de información desvirtuada de su contexto. Este ensayo analiza la interacción cotidiana de dos personajes, quienes dentro de su contexto histórico han sido determinados por la brecha digital, la cual se presenta como un problema dialógico, y no metodológico. Las ideas expuestas en este texto anteceden a las acciones que sucederán a la muerte simbólica del uso cotidiano de la tecnología.

Palabras clave

Tecnología, ideología, discurso, brecha digital, usos tecnológicos, interacción social.

Abstract

The purpose of this essay is to show how technological use has replaced the central nuclei of social problems, through its discursive function and the tools that, in technological production, have become they have become sources of information distorted from its context. This essay analyzes the daily interaction of two characters, who within their historical context have been determined by the digital gap, which is presented as a dialogical problem, and not a methodological one. The ideas presented in this text precede the actions that will occur with the symbolic death of the everyday use of technology.

Keywords

Technology, ideology, discourse, digital divide, technological uses, social interaction.

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Creo que las situaciones cotidianas y los eventos desafortunados siempre dejan una simpática comprensión del mundo. Pues, para escribir filosofía y comprender la complejidad de la cultura y el origen de nuestras prácticas, se debe pensar la vida.

Para comenzar este ensayo, quiero narrar un evento que me sucedió hace poco. Todos los días tomo el transporte colectivo para llegar a mi trabajo. Es un traslado concurrido, pesado y cansado, sin embargo, mucho mejor que manejar en el mar de coches que quieren llegar, desenfrenadamente, a sus destinos. A todo esto, para entrar al transporte público se debe usar una tarjeta donde recargas dinero, de otra manera noes posible ingresar, pero esas tarjetas se descomponen y actualizan muy seguido. Eso me pasó el otro día, mi tarjeta se descompuso, y, por cierto, llevaba prisa.

En aquella ocasión tenía dos tarjetas, intenté usar una, no funcionó, la otra, tampoco; por aquello de la prisa fui a conseguir ayuda de un policía que trabaja dentro de la estación del transporte; “señor, qué hago si mi tarjeta no sirve”, le pregunté, a lo cual me respondió, “uy, tiene que comprar una nueva”. Su respuesta no me causó ninguna gracia, yo buscaba una solución, una alternativa. Total, empezamos a discutir, “cómo es posible que no me pueda ayudar, si tengo dos tarjetas y no es mi culpa que no funcionen”; “señorita no puedo hacer nada”, me decía; “pero qué no están capacitados”, le respondía. Finalmente, después de un minuto de forcejeo verbal, el policía contestó: “yo sólo soy un simple policía y, lo sé, a mí tampoco me gusta usar tecnología”. La discusión terminó, la prisa se me quitó.

En el camino a mi destino fui reflexionando respecto a todo lo que había acontecido tras vivir la muerte de mis tarjetas. El obstáculo, la barrera, la manera de acceder al medio; lo que acontece en el quiebre, la muerte que deriva de una falla tecnológica y, la relación que dista entre el acceso simbólico de una mujer blanca y un policía.

El destino al que iba cambió.

La pequeña historia narra un acontecimiento muy cotidiano, útil para argumentar la complejidad del uso tecnológico. Según Henry Jenkins, los cambios venideros en la información y el entretenimiento son una invitación a la participación colectiva y, sí, el resultado que vemos en los medios son un intercambio, un proceso que está presente, cada vez más, en la consciencia y en el lugar de cada persona.

En la primera parte de la historia pasaron dos cosas importantes: la muerte de las tarjetas, sin dolor ni sufrimiento, y la discusión que, aunque no duró más de un minuto, bastó para que el policía asociará la muerte tecnológica con el error dialógico y el acceso al espacio público. Recordemos que la acción que desencadenó la interacción entre el policía y yo pasó desde la vinculación simbólica, hasta el aprendizaje social.

Los factores que unen a los sujetos con el uso de la tecnología pueden ser analizados desde diferentes puntos de vista, como son: el social, cultural y lingüístico. Sin embargo, mi reflexión se enfoca en tres preguntas principales: ¿el uso tecnológico ha sustituido los núcleos centrales de los problemas sociales?, ¿la función discursiva, a través de las herramientas de producción tecnológica, se ha convertido en información desvirtuada y fuera de su contexto?, ¿a qué se le atribuye?

El espacio público es donde cualquier persona puede transitar “libre y armoniosamente”, aquel donde la propiedad privada no existe. Es la extensión de un terreno que contiene materia existente, un espacio común. Esta serie de características se parecen bastante a las que conforman Internet, es decir, al mundo digital; las mismas herramientas que nos dan acceso a la movilidad actual. Sin embargo, no ha existido un engaño más fortuito que la metáfora entre el espacio público e Internet. “El control central es más probable cuando los medios de comunicación están concentrados, monopolizados y son escasos, como ocurre con las grandes cadenas.” (Jenkins 22)

Como bien lo dedujo el policía, el problema del uso tecnológico en nuestra cotidianidad no sólo es metodológico, su expresión sí corresponde con cierta “libertad” en la búsqueda de productos determinados, pero su consecuencia es dialógica. La transformación de su consumo ha sido un proceso colectivo y mediático, la diferencia es que ahora utilizamos esa transformación desde el acceso al transporte público, hasta los discursos que requieren de nuestras habilidades con propósitos más serios.

El uso tecnológico sí ha sustituido los núcleos centrales de los problemas sociales. Me refiero a la sustitución de los núcleos centrales haciendo referencia al aprendizaje social, el cual se da a partir del sentido mediático y al uso diario de la tecnología en cualquier proceso.

Habiendo dicho todo esto, la respuesta del policía se vincula con todos los elementos. Insisto en la relación entre el policía y yo no sólo porque seamos los protagonistas de la historia, también, porque hay una clara división entre privilegios, y en este caso particular, se evidenció que el privilegio no modificó la creación colectiva de significados entre nosotros, es decir, entre la cultura popular; sino, en las herramientas que operan dentro de ella. El uso tecnológico no nos excluyó, al contrario, nos unió.

Otro ejemplo muy claro es el Paro Nacional de las mujeres el 9 de marzo de 2020. La idea principal era lograr una simulación de la desaparición de todas las mujeres que viven en México. La convocatoria se logró, incluso muchas empresas, escuelas, institutos y entidades de gobierno dieron el día. La premisa era hacer consciencia de la violencia ejercida hacia las mujeres en el país. Sin embargo, el pronunciamiento inició en las redes sociales, y el ejercicio simbólico se fue reduciendo hasta otorgarle un uso tecnológico nulo, desvinculado con la propuesta inicial. Pues, las redes sociales son las aliadas perfectas del capitalismo avanzado. Una vez más, el ejercicio metodológico sí sucedió, pero el debilitamiento gradual con el compromiso ideológico se vio sometido al error dialógico, que, al igual que la política, hace uso de los escándalos y del espectáculo como una medida eficaz para personificar y difamar los mensajes

La segunda pregunta también forma parte de la pequeña historia, y también responde, afirmativamente, a la función discursiva que sucede entre las herramientas de la producción tecnológica. Esta función se ha convertido en información desvirtuada su contexto, y el resultado trae consigo un profundo y enorme itinerario, dividido en un sin fin de acciones cotidianas.

Yo también soy un simple policía y a mí tampoco me gusta la tecnología, no es una respuesta sencilla, cuando la brecha en la convergencia resulta de funciones arraigadas o fracasadas. (Jenkins 27)

El uso tecnológico tiene cambios y actualizaciones todos los días; que no se nos olvide que su uso es diario y continuo. Para analizar su representación como una nueva forma de vida, es esencial considerar el contexto histórico como parte de su discurso. Retomando el ejemplo del paro nacional, no sólo se vio implicado un contexto en el cual existe una nueva manera de pensar y vivir el feminismo. En este caso, el uso tecnológico sucedió en una realidad dentro de otra realidad, a la cual llamamos sociedad de consumo, esta a su vez, generó un instrumento de dominación política, implementada a través de las redes sociales. El paro se convirtió en un uso tecnológico, digno de ser evangelizado por mitos y variaciones desvirtuadas de su contexto.

El policía y yo coincidimos con la condena que nos ha impuesto la tecnología. Las ideas expuestas anteceden a las acciones que mañana sucederán a la muerte de una tarjeta para circular por la ciudad. Todas y todos deberíamos coincidir con la idea de volver a replantearnos una nueva sociedad, con políticas unidas, convergencias y el mundo digital. Pero por ahora es difícil concebir un nuevo mundo, sólo con la ayuda de los que se han nombrado espectadores del espectáculo.

Lo que realmente me condujo a la reflexión, no partió de la adquisición y restauración de un error. Vivimos la muerte del uso tecnológico todos los días, y para que este proceso funcione todos estamos implicados, consciente o inconscientemente. Los modos tradicionales ya no son requeridos en ningún sistema actual; se nos ha olvidado la diferencia entre quienes ya viven la muerte y quienes la esperan constantemente sin saber por qué llega.

Bibliografía:

Jenkins, Henry. Convergence culture: la cultura de la convergencia y los medios de comunicación. México: Paidós, 2008. Impreso.

Elizondo, Octavio. La escuela de Comunicación de Toronto. México: Siglo XXI editores, 2003. Impreso.

McLuhan, Marshall. La aldea global. España: Gedisa editorial, 1993. Impreso.

Asencio, Antonio. Navío, Julio. La génesis del ciberespacio, una visión desde las teorías de la comunicación. Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia, 2017. Impreso.

Semblanza curricular

Alejandra Espinosa Unikel

Formación académica: es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad del Claustro de Sor Juana, titulada con mención honorífica por el Seminario y Especialización en Cine Documental Latinoamericano por la misma universidad.

Actividad laboral: actualmente es coordinadora del área de Comunicación y Diseño en el Instituto de Autismo Domus. Coordinadora del sitio web del Sindicato Nacional de Restauradores del INAH (SINAR). Creativa independiente de proyectos culturales dirigidos a personas con discapacidad y población vulnerable.

Contacto: aleunikel@gmail.com

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