Por Luis Alberto Rebollo Campos
Resumen
El objetivo de la presente investigación es identificar el estado actual de la investigación en torno a la desinformación, para obtener una base de datos con los planteamientos teóricos y metodológicos existentes mediante una búsqueda de literatura científica, como libros digitales, artículos arbitrados e indexados. La pregunta que guía esta indagación se centra en conocer los planteamientos teóricos y las propuestas metodológicas aplicadas en su estudio.
Palabras clave: Desinformación, Intencionalidad, Mentira, Verdad
The objective of this research is to identify the current state of research on disinformation, to obtain a database with the existing theoretical and methodological approaches through a search of scientific literature, such as digital books, refereed and indexed articles. The question that guides this inquiry is focused on knowing the theoretical approaches and methodological proposals applied in its study.
Key Words: Disinformation, Intentionality, Untruth, Truth
Ra tsapu ts’ike jñaa*
Ne k’o ri jandu̷ kja ne nudya daja jyod’u̷ ñ’iji nunu jñandu ne ja kjaa nudya kja ne jyod’u̷ ñ’iji k’a t’e/zi k’u/ na sjanra ñii un n’intsijmi k’a ne b’ezhi kja ra xits’i, mbara k’u̷ ra ndonjo daja ja ba kjaa kja ra xits’i ko ye mamu̷ na joo pjeñe ñe kja ja ra tsjapu̷ ke b’u̷ b’u̷ , a kjanu daja jod’u̷ kja xoru̷ n’año xiskuama kja ne ndamba/ra/, nza kja xiskuama kja pedye jmicha, ts’xiskuama arbitrados ñe indexados. Ne kjo ke k’u̷ tsu̷jn’u̷ nuna jyod’u̷ ñ’iji kjaa jod’u̷ kja pa̱ra̱ ye eme na joo pjeñe ñe ye na/mba/ ñe kja ja ra tsjapu̷ s’otju kja in jyod’u̷ ñ’iji.
Jña’a na joo: ne b’ezhi kja ra xits’i, kó nee ra tsjaa, mbechjine, kjuana
Introducción
Desde la aparición de los primeros medios de comunicación masiva, una problemática llegó con ellos: la desinformación. Y así como ellos evolucionaron, este problema se fue adaptando y adoptando nuevas formas, alcanzando su punto cúlmine con el arribo de las redes sociodigitales (Fogel, 2021).
A pesar de su relevancia en las ciencias sociales, la única teoría consolidada hasta la fecha es la propuesta por María Fraguas de Pablo en 1985, la Teoría de la Desinformación. Desde entonces, no ha existido otro planteamiento teórico propiamente dicho que busque unificar los grandes avances que se han desarrollado a lo largo de las últimas décadas.
Con el objetivo de dar el primer paso hacia la construcción de una nueva teoría de la desinformación, se propuso explorar el estado actual de la producción académica sobre el tema. Este proceso permitió obtener una base de datos que contenga los planteamientos teóricos y las metodologías empleadas para su análisis, mediante una búsqueda exhaustiva de literatura científica, libros digitales, artículos arbitrados e indexados.
A lo largo de este escrito, se describen las condiciones de búsqueda, el proceso de selección de fuentes de consulta, la sistematización de información y las características esenciales que surgieron de la exploración de las categorías y subcategorías seleccionadas en su análisis.
Asimismo, se analizaron los resultados de la base de datos, identificando a los autores que han desarrollado planteamientos teóricos para estudiarlo y sus contribuciones académicas. Esto proporcionará al lector una visión general de los trabajos previos, identificando tendencias, enfoques teóricos y áreas de investigación que requieren mayor atención para abordar este fenómeno complejo y en constante evolución.
Es importante destacar que esta fase exploratoria forma parte de un proyecto de investigación doctoral, en el cual se buscará continuar con los esfuerzos que preceden la investigación y que culminarán con una nueva propuesta teórica para comprender a la desinformación como un problema multifactorial y transdisciplinario.
1.- Exploración y alcances del estudio académico de la desinformación
Se realizó una exploración exhaustiva de fuentes de consulta centradas en los diferentes rubros de interés de la investigación, divididos en tres bloques de búsqueda para responder una serie de cuestiones. Éstas se llevaron a cabo del 7 de octubre al 16 de noviembre de 2023.
Ejes de exploración:
- Conocer el estado actual de la investigación en materia de desinformación, así como su implicación en las redes sociodigitales.
- Conocer las metodologías propuestas en los trabajos académicos desarrollados para analizar la desinformación.
- Conocer el estado actual de los planteamientos teóricos para estudiar la desinformación.
Se realizaron cuadros de búsqueda en las siguientes plataformas de bibliotecas virtuales: Google Academico, WorldCat y Dialnet que refieren a documentos contenidos en otras bases especializadas de revistas indexadas, como Redalyc, Scielo, Doaj, Latindex, Dialnet, Redib, entre otras.
1.1 Estado actual de la investigación
Las búsquedas realizadas en este rubro fueron: desinformación, desinformación (en) redes sociales, desinformación (e) intención, desinformación (y) conspiración, desinformación (y) contrapúblicos[1].
- • Para WorldCat, la selección estuvo en función de los siguientes criterios: todos los documentos encontrados, solo revistas académicas, con texto completo, escritos en los últimos cinco años y redactados el último año.
- • Para Google Académico, la selección cambió debido al tipo de fuentes de consulta que maneja el portal bibliográfico, ya que contrario con WorldCat, no se permite realizar una búsqueda tan especializada. Los criterios de búsqueda fueron: todos los documentos encontrados, solo artículos, solo libros, escritos en los últimos cinco años y redactados en el último año.
- • Para Dialnet, igual que en el caso anterior, la selección cambió por el tipo de fuentes de consulta del portal. Los criterios de búsqueda fueron: todos los documentos encontrados, solo artículos de revistas, solo artículos de libros, tesis, libros, escritos en los últimos cinco años y redactados en el último año.
Este universo sirve para conocer la totalidad de las fuentes de consulta y los materiales elaborados en cada una de las búsquedas, las cuales se irán refinando, siguiendo cada uno de los tres lineamientos planteados anteriormente.
Tabla 1.1 y 1.2. Exploración general de fuentes de consulta respecto a desinformación, desinformación (en) redes sociales, desinformación (e) intención, desinformación (y) conspiración, desinformación (y) contrapúblicos, tanto en español como en inglés. Fuente: elaboración propia con base en los resultados obtenidos en WorldCat, 10 de octubre de 2023.
Tabla 2.1 y 2.2. Exploración general de fuentes de consulta respecto a desinformación, desinformación (en) redes sociales, desinformación (e) intención, desinformación (y) conspiración, desinformación (y) contrapúblicos, tanto en español como en inglés. Fuente: elaboración propia según los resultados de Google Académico, 20 de octubre de 2023.
Tabla 3.1 y 3.2. Exploración general de fuentes de consulta respecto a desinformación, desinformación (en) redes sociales, desinformación (e) intención, desinformación (y) conspiración, desinformación (y) contrapúblicos, tanto en español como en inglés. Fuente: elaboración propia según los resultados de Dialnet, 24 de octubre de 2023.
1.1.1 Análisis columna por columna
Desinformación
Se realizó una búsqueda inicial para obtener una visión exhaustiva de los documentos generados en el área temática, lo que permitió obtener una perspectiva integral del estado actual de la producción científica.
Se observó que la cantidad de trabajos relacionados con el tema se duplican en el idioma inglés, lo que sugiere la relevancia del tema para la comunidad académica anglosajona.
Entre los autores más citados se encuentran: en español a Guy Durandin (1995), Paul Walzlawick (2011), Ramón Saavedra et al. (2020), Marián Alonso González (2019), Gabriel Galdón López (2006) y en inglés a Claire Wardle (2017), Don Falls (2015), Alice Marwick et al. (2017), James Feltzer (2004), Andrew Guess et al. (2020).
Desinformación (en) redes sociales: La segunda búsqueda se segmentó teniendo en cuenta el universo de estudio de interés para la investigación, centrándola en las redes sociodigitales. Las conclusiones obtenidas son las siguientes:
- La producción científica en inglés sobre la desinformación se centra casi totalmente en su implicación en las redes sociales, esto se puede ver en la tabla 2.2 (Google Académico).
- Caso contrario con la producción en español, la cual aborda la temática en el universo de las redes sociales, en menos del 50% de los trabajos. Esto nos brinda un panorama sobre cómo se está analizando el fenómeno por parte de las personas investigadoras.
Entre los autores más citados se pueden encontrar: en español a Elizabeth Espinoza et al. (2020), Héctor Arriagada (2013), Elena Llorca-Asensi et al. (2021) y en ingles a Claire Wadle (2017), Kai Shu et al. (2020), Joshua Tucker et al. (2018), Mathew Hindman et al. (2018), Edson Tandoc jr. et al. (2020).
Desinformación (en) redes sociales: La segunda búsqueda se segmentó teniendo en cuenta el universo de estudio de las redes sociodigitales. Las conclusiones obtenidas son las siguientes:
- La producción científica en inglés sobre la desinformación se centra casi totalmente en su implicación en las redes sociales, esto se puede ver en la tabla 2.2 (Google Académico).
- Caso contrario con la producción en español, la cual aborda la temática en el universo de las redes sociales, en menos del 50% de los trabajos. Esto nos brinda un panorama sobre cómo se está analizando el fenómeno por parte de las personas investigadoras.
Entre los autores más citados se pueden encontrar: en español a Elizabeth Espinoza et al. (2020), Héctor Arriagada (2013), Elena Llorca-Asensi et al. (2021) y en ingles a Claire Wadle (2017), Kai Shu et al. (2020), Joshua Tucker et al. (2018), Mathew Hindman et al. (2018), Edson Tandoc jr. et al. (2020).
Desinformación (e) intención: Esta búsqueda es clave para conocer los trabajos académicos que incluyen la intención como elemento característico.
Esto se debe a que, según la definición de desinformación de María Fraguas de Pablo en su libro Teoría de la Desinformación, la intención es presente para que se dé (Fraguas 1985).
Como se puede ver, en el caso de WorldCat y Dialnet, la producción científica que toma esta variable en cuenta es apenas cercana al 10%. Cifra que asciende al 35% en promedio al ver los números en Google Académico.
Entre los autores más citados se pueden encontrar: en español a María Fraguas de Pablo (1985), Roberto Rodríguez (2018), Javier Guallar et al. (2020) y en inglés a Yoori Hwang et al. (2021), Przemysław Majerczak et al. (2022).
Desinformación (y) conspiración: Debido a que esta variable será uno de los ejes a tomar en cuenta durante el trabajo subsecuente, se decidió incluir para conocer el estatus de la producción académica sobre el tema.
Como se puede observar, se repite el caso anterior, donde en WorldCat y Dialnet los trabajos detectados son inferiores al 5%. Caso contrario al de Google Académico, superando apenas el porcentaje en español (5.2%) y casi cuadriplicando la cifra en inglés (19.5%).
Entre los autores más citados se puede encontrar: en español a Nancy Sanchez Tarragó (2020), Guan Tianru et al. (2021), Johann Vega-Dienstmaier (2020) y en inglés a Attila Juhász et al. (2017), Tianru Guan et al. (2021), Helen Innes et al. (2023).
1.2.1 WorldCat
Con el fin de conocer el estatus actual de la producción científica de las metodologías utilizadas para analizar la desinformación, se realizó el siguiente bloque de búsquedas con el criterio: Metodología (implementada para analizar la) desinformación, tanto en español como en inglés. Los criterios de búsqueda fueron los mismos de la anterior indagación y se implementaron en las tres plataformas bibliográficas: WorldCat, Google Académico y Dialnet.
Tabla 4. Exploración general de fuentes de consulta respecto a las metodologías aplicadas a la desinformación tanto en español como en inglés. Fuente: elaboración propia con base en los resultados obtenidos en WorldCat, 15 de octubre de 2023.
Como se puede examinar, teniendo en cuenta la totalidad de la producción científica relacionada a la desinformación en español (2923), solo el 11.7% de los productos derivaron en un análisis para interpretar el fenómeno.
La cifra decae al observar la producción en inglés (14,893) donde solo el 8.3% aplica una metodología en su análisis, con lo que nos brinda una percepción que la gran mayoría de los trabajos son de carácter ensayístico.
Entre los autores más citados se pueden encontrar: en español a Gabriel Lotero Echeverri et al. (2018), Ramón Salaverría et al. (2020), Juan Pedro Molina et al. (2020) Liliana Coba et al. (2020) y en inglés a Claire Wardle (2017), Eleni Kapantai et al. (2021), Martin Innes (2020), Muhammad Nihal Hussain et al. (2018).
1.2.1.1 Análisis por categoría
Con los resultados obtenidos, se realizó una segunda búsqueda, con las metodologías que se detectaron, las cuales son las más usadas para el análisis de la desinformación: a) análisis cuantitativo, b) análisis cualitativo, c) análisis de contenido, d) fast checking, e) taxonomía de los diferentes tipos de noticias falsas (tipologías), las cuales fueron presentadas por Claire Wardle (Wardle 2017).
Por último, se incluye una categoría importante: f) Metodologías que tengan a la intencionalidad como punto central.
Tabla 4.1 y 4.2 Exploración general de fuentes de consulta respecto a las metodologías aplicadas a la desinformación tanto en español como en inglés. Fuente: elaboración propia con base en los resultados obtenidos en WorldCat, 15 de octubre de 2023.
Según los resultados obtenidos, los trabajos buscan ser interpretativos mediante herramientas de análisis para conocer variables cuantificables, que nos dan a conocer tendencias. En el caso de la desinformación, tendencias informativas.
El valor que se decidió incluir sí está presente en algunas investigaciones, lo que nos presenta un nicho de acción que fue precedido por algunos trabajos, lo cual significa que es algo a tomar en cuenta
1.2.2 Google Académico
Repetimos el ejercicio con Google Académico, dándonos cifras aún mayores:
Tabla 5. Exploración general de fuentes de consulta respecto a las metodologías aplicadas a la desinformación tanto en español como en inglés. Fuente: elaboración propia según los resultados de Google Académico, 15 de octubre de 2023.
Para la producción de trabajos en materia de desinformación en español (96,700) que incluyen una metodología, la cifra asciende al 48.2%. Lo cual nos ayuda a dar una panorámica aún más amplia sobre el tema.
En inglés, aunque la cifra de producción es similar, esta se ve opacada por la cantidad de trabajos realizados (225,000), con lo cual solo el 19.2% de los documentos incluyen una metodología.
Es decir, la academia hispanohablante se ha dedicado a realizar análisis sobre el fenómeno mientras que en lengua inglesa el tema se ha abordado mayormente a través de ensayos para interpretarlo.
1.2.2.1 Análisis por categoría
Tabla 5.1 y 5.2 Exploración general de fuentes de consulta respecto a las metodologías aplicadas a la desinformación tanto en español como en inglés. Fuente: elaboración propia según los resultados de Google Académico, 15 de octubre de 2023.
Esta segunda biblioteca digital nos permite tener un mayor panorama de la producción metodológica orientada a la desinformación gracias a la cantidad de los materiales que presenta, dándonos los siguientes resultados:
- En español, el análisis de contenido ha tomado una importancia muy relevante, dejando atrás el solo conocer las tendencias desinformativas, ya que con esta herramienta es posible detectar narrativas. También se puede dar cuenta del aumento en la producción académica centrada en categorizar los tipos de noticias consideradas como desinformativas bajo el esquema propuesto por Wardle (2017).
- En inglés, el análisis a través de herramientas de Fast Checking es la metodología más relevante, seguida del análisis de contenido y las demás categorías, lo cual nos permite observar las tendencias de análisis destacadas para la academia anglosajona.
1.2.3 Dialnet
Por último, terminamos con el análisis de la producción científica indexada en Dialnet. La mayoría de los trabajos presentes en la biblioteca los escriben en su mayoría académicos hispanohablantes, nos da una perspectiva sobre sus corrientes de investigación.
Tabla 6. Exploración general de fuentes de consulta respecto a las metodologías aplicadas a la desinformación tanto en español como en inglés. Fuente: elaboración propia según los resultados de Dialnet, 16 de octubre de 2023.
Para la producción de trabajos en materia de desinformación en español (2134), solo el 10.1% incluyen una metodología, lo que nos vuelve a orientar sobre como la producción hispana está encauzada a tratar el tema desde una perspectiva ensayística. Mismo caso de la producción en inglés (872), de la cual solo el 11.6% incluye una metodología.
Tabla 6.1 y 6.2 Exploración general de fuentes de consulta respecto a las metodologías aplicadas a la desinformación tanto en español como en inglés. Fuente: elaboración propia según los resultados de Dialnet, 16 de octubre de 2023.
1.2.3.1 Análisis por categoría
Repitiendo los patrones detectados en la biblioteca digital WorldCat, se puede observar que los trabajos con una metodología buscan divisar tendencias informativas a través del análisis cuantitativo/cualitativo, seguidos muy de cerca del análisis de contenido.
Sin embargo, después de todo este estudio se puede determinar algo importante: no pudimos detectar una metodología propia de la desinformación como disciplina. Lo más cercano a ello es el fast checking pero éste únicamente es utilizado para conocer la veracidad de un contenido.
La razón por lo que se puede determinar que no hay una metodología propia tiene que ver con los siguientes hallazgos.
1.3 Estado actual de las teorías de la desinformación
Con el fin de conocer los planteamientos teóricos existentes para el estudio de la desinformación se realizó el siguiente bloque de búsqueda con el criterio: Teoría(s) (de la) desinformación, tanto en español como en inglés. Esto para detectar todas las formulaciones generadas previamente.
Los criterios de búsqueda fueron los mismos de la anterior indagación y se implementaron en las tres plataformas: WorldCat, Google Académico y Dialnet.
Tabla 7. Exploración general de fuentes de consulta respecto a las teorías de la desinformación tanto en español como en inglés. Fuente: elaboración propia con base en los resultados obtenidos en WorldCat, 20 de octubre de 2023.
Tabla 8. Exploración general de fuentes de consulta respecto a las teorías de la desinformación tanto en español como en inglés. Fuente: elaboración propia según los resultados de Google Académico, 20 de octubre de 2023.
Tabla 9. Exploración general de fuentes de consulta respecto a las teorías de la desinformación tanto en español como en inglés. Fuente: elaboración propia según los resultados de Dialnet, 20 de octubre de 2023.
Con la localización de los planteamientos teóricos, se revisaron todos los resultados de las diferentes bibliotecas digitales, comprobando equivalencia en los resultados. Lo único que cambiaba era la frecuencia en la que proyectos citaban alguna referencia académica.
Se hizo un acumulado de todos los trabajos teóricos presentes en las indagaciones, que se detallan a continuación. Se tomaron en cuenta los resultados emitidos por Google Académico porque esta plataforma nos dio la opción de sintetizar las publicaciones englobándolas por el número de ocasiones citadas.
Para la facilidad de interpretación, hemos dividido la información en las siguientes categorías:
- Título de documento, b) Autor, c) Planteamiento teórico para estudiar la desinformación d) Definición de información e) Metodología f) Modelo teórico g) Año de publicación h) Ocasiones que ha sido citado.
1.3.1 Detalle de la información encontrada
Tabla 10. Compilado de los diferentes planteamientos teóricos recopilados durante la fase exploratoria.
Desde 1985 no existe una nueva teoría de la desinformación que busque explicar el fenómeno.
Si bien, la producción no se detuvo e incluso para 2022 se presentaron diferentes enfoques de análisis para la problemática que presenta la disciplina, todas se han quedado en el espacio de las primeras tesis.
Tratar de definir que es la desinformación.
1.3.2 De la teoría de la desinformación a la construcción de una taxonomía para clasificar las Fake News
Hemos podido detectar que el primer documento que refiere a una teoría propiamente dicha de la desinformación fue la tesis publicada en 1985, de la mano de María Fraguas de Pablo: la Teoría de la Desinformación. En dicho texto, establece las bases de cómo debe ser estudiada la disciplina, así como los elementos que la caracterizan y como es su funcionamiento a los cuales denomina “mecanismos” (Fraguas 53).
Así como establecer una primera definición propiamente dicha sobre el objeto de estudio: “Llamaremos desinformación a la acción del emisor que procede al ensamblaje de los signos con la intención de disminuir, suprimir o imposibilitar la correlación del original” (Fraguas 11). Es importante destacar un detalle: no vincula al fenómeno con la mentira, sino a la intención del emisor.
A partir de ahí, el siguiente planteamiento teórico encuentra en 1995, con Guy Durandin, autor del texto La información, la desinformación y la realidad. Éste es el documento más citado por los diferentes autores (243) ya que éste busca servir de material bibliográfico sobre la evolución del concepto de desinformación, así como sus características y, al mismo tiempo, delimitando su universo de acción, tomando un enfoque historiográfico.
Además, a diferencia de Fraguas de Pablo, su definición se centra en tomar la no verdad como el eje principal de la desinformación: “Conjunto organizado de engaños en una era en la que los medios de comunicación se hallan enormemente desarrollados” (Durandin 25) sin dejar de tomar en cuenta la intención del emisor (Durandin 45).
Esta conceptualización entre la mentira y la desinformación sería tomada por posteriores autores y es lo que hoy conocemos como las fake news.
Ese mismo año, sería publicado otro análisis que buscaría sentar las bases de lo que sería una próxima teoría de la desinformación, esta vez de la mano de José Manuel Rivas Troitiño, quien trata de ampliar el campo de acción más allá de la intención comunicativa, “sin poner en duda ese valor, fundamental para esos autores, me permito extender el campo de la desinformación más allá de la intención de la fuente y enfocarla, tanto en su origen como en su meta, desde el receptor de la información” (Rivas 77).
Como establece el autor, para poder determinar la intención del emisor es importante conocer el origen de la información, así como el público meta y la acción que quiere influir al receptor.
Sería hasta 2011 donde encontramos el siguiente planteamiento teórico para la creación o revisión de la teoría de la desinformación en la publicación de James M. Alexander y Jonathan M. Smith: Disinformation, a taxonomy.
Este artículo describe los pasos que se deben efectuar para la construcción de una nueva teoría de la desinformación, la cual establece como “una noción simplificada y generalizada de comunicación que pretende ser, de alguna manera, engañosa” (Alexander & Smith 58).
Nos sitúa en un esquema derivado del modelo teórico de Shannon (1948), determinando que la desinformación es la fuente de ruido, la cual es emitida con intención por el emisor para afectar la percepción del receptor (Alexander & Smith 58). Esto guarda aún mayor importancia teniendo en cuenta de que el impacto de las redes sociales o las comunidades sociodigitales estaban por nacer.
Los planteamientos teóricos se detienen hasta 2017, año en el que la desinformación se volvería un tema de tendencia a raíz del entonces presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien lo posicionaría de la mano del término Fake News.
Claire Wardle, investigadora del extinto laboratorio First Draft News1tratando de dar orden a toda la ola de información existente y el caos generado por el desconocimiento del publico acerca de la desinformación decidió establecer una clasificación taxonómica de los diferentes tipos de informaciones que circulan en redes sociales, las cuales fueron siete diferentes tipologías que servirían para determinar si éstas son o no desinformación (Wardle 2017).
Ese mismo año, esto se extendería en un documento publicado por el Council of Europe meses más adelante: INFORMATION DISORDER: Toward an interdisciplinary framework for research and policy making, un trabajo realizado en conjunto con Hossein Derakhan en el cual abordarían el problema más a fondo. El documento además brindaría un esquema sobre las diferencias implícitas entre la desinformación, la mala información y la información imprecisa (misinformation) (Wardle & Derakhan 5).
Un año más adelante, en 2018, teniendo en cuenta el universo de acción que representaban las redes sociales y las herramientas tecnológicas para poder explorar su data, Matthew Hindman y Vlad Barash realizaron un análisis de los contenidos difundidos en la red social Twitter (ahora X), donde pudieron observar las tendencias informativas en torno a las campañas políticas y la desinformación circulante, el cual fue publicado en el texto Disinformation, ‘Fake News’ and Influence Campaigns on Twitter.
Esta técnica sería replicada por diferentes organizaciones a lo largo del mundo, como Quinto Elemento Lab y Signa Lab, permitiéndoles conocer las tendencias informativas en esa red social, así como sus principales emisores, lo cual permitiría detectar flujos de desinformación y sus orígenes.
En 2022, los investigadores Juan Luis Manfredi, Adriana Amado, Pablo Gómez-Iniesta realizan una revisión previa sobre los planteamientos teóricos existentes para analizar la desinformación y determinan que “no hay un corpus unificado de teorías y consecuencias de las campañas mediáticas, el uso de la inteligencia o los efectos en la población” (Mandredi et al. 2022).
Por eso en su texto «Desinformación de Estado»: emociones al servicio de la causa deciden establecer características que servirán para construir el objeto de estudio para analizar la disciplina. Solamente que ellos proponen que el eje central deberá ser la emoción (Mandredi et al. 2022).
El análisis y comprobación de su pregunta de investigación “¿Por qué las emociones son herramientas preferentes en las operaciones de desinformación?” (Mandredi et al. 208) muestra algunos avances para determinar su teoría de la desinformación internacional que tiene en la emoción su piedra angular.
El último registro encontrado sobre planteamientos teóricos es Javier Díaz Medrano, que publicaría su artículo Desinformación global: raíces políticas y económicas, que buscaría ser marco histórico de los hitos que han propiciado que los organismos de poder controlen el flujo de la verdad (Díaz 2022) controlan la información.
Consideraciones finales
Considerando los resultados de la fase exploratoria, se han logrado conclusiones sobre la producción académica de la desinformación.
- La desinformación ha sido un desafío central para varias disciplinas, especialmente para las Ciencias de la comunicación.
Ésta tuvo un repunte destacado a partir de la popularización del tema en 2006, durante las elecciones estadounidenses donde Donald Trump fuera el candidato popularizando el término “posverdad” (Oxford, 2016) y, posteriormente, con la difusión de noticias falsas alrededor de la pandemia por el virus SARS-CoV-2 (OMS, 2020).
- No obstante, es posible afirmar tras este análisis que no existe una teoría actualizada de la desinformación y que el último planteamiento fue el de Fraguas de Pablo (Fraguas, 1985).
Fue hasta 2017, donde Wardle (Wardle & Derakhan, 2017) presentó una nueva propuesta para el análisis de la desinformación, la cual se centra en la categorización de contenidos a través de distintas tipologías. Estas pautas son las más vigentes hasta hoy, ya que sus tipologías las adaptan y usan varios organismos verificadores (Chequeado 2023; El Sabueso 2023).
- Después, en la producción académica de 2017 hasta 2023, no se detectó el desarrollo de nuevas teorías de la desinformación. Argumento que es acompañado de las conclusiones de Diez Medrano (Diez 2022) y Manfredi et al., (Manfredi et al. 2022).
- De igual modo, hemos detectado que no existe alguna metodología propia para el análisis de la desinformación, más allá de la categorización de los contenidos (Wardle &Derakhan 2017) y el fast checking.
Sin embargo, estas dos propuestas se centran en conocer la veracidad de los contenidos y dejan a un lado la intención comunicativa la cual, según los planteamientos teóricos, es clave para determinar que es desinformación (Fraguas 1985; Durandin 1995; Rivas 1995).
- Aunque la intención es un punto central para los autores mencionados en el apartado 2.3.1, solo el 35 % de los trabajos de media la incluyen como valor dentro de sus análisis.
Por lo que se resalta un aspecto esencial en el desarrollo de una nueva teoría de la desinformación: ¿Cómo se puede medir la intención comunicativa?
- El siguiente paso en el campo de la desinformación después de su arduo análisis deberá ser la construcción de una (nueva) teoría de la desinformación, el cual cumpla con todas las características presentadas durante el análisis y que, además, proporcione su propia metodología orientada a la detección de la intencionalidad. Todo esto pensado en dar el gran paso hacia construir su propia disciplina.
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Semblanza
Luis Alberto Rebollo Campos
Formación académica: es Licenciado en Comunicación y Periodismo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Maestro en Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García y está cursando sus estudios de Doctorado en Estudios transdiciplinarios de la cultura y la comunicación en el Íconos Instituto.
Tiene más de 10 años de experiencia en el ámbito de la comunicación institucional, desempeñando cargos estratégicos en cuatro agencias del Sistema de Naciones Unidas (UNESCO, UNODC, UNFPA y ONUDI). Previo a ello, fungió como cofundador de ACT Comunicación, agencia enfocada en comunicación pública. Actualmente, desempeña el cargo de Coordinador de Comunicación y Marketing social, enfocado en salud mental, en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Actividad laboral: sus líneas de investigación están enfocadas en la desinforma- ción, sus mecanismos y funcionamiento.
Correo: luisrebollo@gmail.com
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