Danzas Indígenas: Rituales de identidad en comunidades chontales de Tabasco 

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Resumen


Las danzas indígenas contemporáneas son ritos, cuyos contenidos simbólicos enmarcan la historia de esas poblaciones, ya que en su ejecución se enlaza su pasado con el presente, ofreciendo una narrativa visual cronológica. Son danzas de conquista, en donde los personajes que conforman ese rito, dejan al descubierto el proceso de conversión religiosa que va del politeísmo prehispánico, al cristianismo español. Cabe decir que la iglesia católica juega un rol preponderante en su preservación y transmisión a las nuevas generaciones, aunque también la participación y apego de los propios habitantes, es un factor que determina su subsistencia al paso del tiempo. 

En Tabasco, hay dos danzas que se han convertido en referentes debido al  interés creciente de propios y extraños para valorarlas, aprenderlas, ejecutarlas, transmitirlas y apreciarlas. Son la danza del Caballito Blanco que se ejecuta en Tamulté de las Sabanas y la Danza del Caballito y el Gigante, que se desarrolla en Tecoluta, segunda sección, en Nacajuca. Estas comunidades son mayas chontales. Los dos rituales dancísticos se analizan en este artículo desde su estructura simbólica, contexto cultural y religioso, que entretejen. 

 Palabras clave: danza, indígenas, rito, chontales, identidad. 

Abstract

The contemporary indigenous dances are rituals that in their symbolic contents have the history of those populations where they are done but also link the past with the present offering a chronological visual narrative. They are dances of Conquest where the characters that make up this rite expose this process of religious conversion through prehispanic polytheism to Spanish Christianity. The Catholic Church plays a major role in their preservation and transmission to new generations but also the participation and interest of the people themselves is another factor that determines their survival over time.

In Tabasco, there are two dances that have become referents due to the growing interest of own and strangers to value them, to learn them, to execute them, to transmit them and to appreciate them.  The “Caballito Blanco” dance that develops on Tamulté de las Sabanas and “Caballito y el Gigante” dance  that develops in Tecoluta, Segunda sección in Nacajuca. Both are Chontal Maya communities. These two dance rituals are analyzed from their symbolic structure encompassing the cultural and religious context in which it occurs.

Key Words: dances, indigenous, ritual, chontales, identity.

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Introducción  

La identidad en los pueblos chontales se ha construido desde siglos atrás; antes de la Conquista ya tenían sus elementos identitarios, entre los cuales aparecen los ritos que sufrieron cambios en sus procesos de integración, después de la llegada de los españoles1. Estos ritos no desaparecieron por completo, gracias a que los más viejos de la comunidad se encargaron de transmitirlos a los más jóvenes, con el objeto de garantizar su permanencia a pesar del paso del tiempo. En medio de este contexto, la identidad chontal permite posibilidades de igualdad entre ellos, pero distintos a otras poblaciones étnicas. Como consecuencia, en la construcción de la identidad chontal, los ritos se convierten en un componente indispensable, porque ofrece cohesión como población diferente a la mestiza, pero sin alejarse de todas las relaciones y dinámicas que se generan cotidianamente en la sociedad tabasqueña.  

Se abordan en este artículo producciones culturales de dos comunidades ubicadas en Tabasco, cuya característica en común; y que a la vez justifica la selección, es que son descendientes de los pueblos mayas chontales y que tienen respectivamente, un ritual de danza en el marco de su fiesta patronal. Además, se muestra tangencialmente, el trabajo que los promotores culturales realizan en sus espacios comunitarios, con el objeto de preservar sus rituales dancísticos indígenas. La pregunta que se busca responder al final debe aclarar ¿cuál es el papel de los promotores culturales respecto a sus danzas indígenas, partiendo de que son elementos de identidad para los habitantes?  

La lógica de exposición primero explica la noción de identidad de dos comunidades chontales, la de Tamulté de las Sabanas y Tecoluta, Segunda Sección; posteriormente, se exponen dos rituales dancísticos que respectivamente se ejecutan en éstas, abarcando las descripciones del proceso en el marco de la festividad católica del santo patrono de dichas poblaciones y posteriormente se abordan las similitudes de los rituales, para al final analizar el rol que juegan entre los pobladores y las semejanzas que tienen como parte de una etnia en Tabasco: la chontal.  

  1. 1. Una mirada a la identidad chontal

Las comunidades mayas chontales de Tabasco conforman junto a otras etnias, el 3% de la población en el país (INEGI, 2010). Estas comunidades se caracterizan por mantener una serie de prácticas que dan como resultado su identidad, misma que las hace diferentes entre ellas y las convierte en un referente para el resto de la sociedad local. En cuanto a la comunidad chontal, cabe señalar que es la que más predomina, ya que abarca más de la mitad del porcentaje de la población indígena del estado. ¿Pero qué es la identidad chontal? 

Lourdes Arizpe (2011), define a la identidad desde la perspectiva indígena como relacional y múltiple, en la que prevalecen adhesiones y filiaciones que unifican en una diversidad de grupos, entretejidos conformadores de la identidad total, que incluye a los que nacieron en ese territorio, pero que han emigrado a otros espacios lejanos. 

Los mexicanos somos, al mismo tiempo, oriundos de un pueblo, barrio o ciudad, portadores de una cultura étnica –originaria maya o nahua, o de inmigración, afro y otras o regional oaxaqueña, jarocha […] practicantes de una dirección, profesión […] miembros de una feligresía religiosa […] Hoy además, varias de estas pertenencias múltiples nos unen a grupos en otros lugares del mundo. Así sucede con los mexicanos migrantes, artistas y viajantes de la cultura que viven en otros países (Arizpe 72) . 

De esa manera, entender a la identidad como una construcción permanente, significa que siempre es cambiante y dinámica (lo cual no puede estar ajeno a la realidad de la población de Tabasco que no es indígena)Además, de la convergencia entre territorialidades, emanan nuevas perspectivas de mirar a la realidad, en y desde su espacio indígena. Sin embargo y gracias a la memoria, cada miembro aprende y reaprende constantemente los elementos de su identidad; porque es en la cultura en donde reside el papel de generar actos de permanencia y pertenencia entre los pobladores. En ese sentido, la memoria colectiva tiene una posición de injerencia en la vida cotidiana, porque desempeña el papel del cerebro y de centros mnemónicos en la memoria individual, además de que basa su lugar de anclaje en las redes de sociabilidad y en las instituciones.  

Todo grupo es siempre y simultáneamente un grupo “territorializado” e inmerso en una temporalidad propia […] Se trata de una superficie marcada y literalmente “tatuada” por una infinidad de huellas del pasado del grupo, que constituyen otros tantos “centros mnemónicos” o puntos de referencia para la recordación colectiva […] Es tan imperiosa esta necesidad de organización espacial de la memoria colectiva, que en situaciones de desarraigo, de exilio o de pérdida de la propia territorialidad, los grupos humanos inventan un espacio imaginario totalmente simbólico para anclar allí sus recuerdos, como ha ocurrido en el caso de los cruzados y su “Tierra Santa”, o en el de los judíos y su “Tierra de Sión” (Giménez 69) . 

El autor se refiere al rol que tiene el espacio y la tierra, para este anclaje de su identidad. Otro elemento que funciona como amarre de la memoria son las instituciones que Giménez llama aparatos, porque toda institución puede ser concebida como la materialización de ciertas representaciones sociales, que incluye una tradición, es decir, que poseen una dimensión simbólica.

Contrariamente a la nación, una etnia es, si se quiere, una nación desterritorializada, es decir, una comunidad cultural disociada real o simbólicamente de su territorio ancestral por desplazamiento forzado, por despojo o por la reformulación jurídica de su relación con la tierra en términos instrumentales (circunscripción político-administrativa, régimen de propiedad…) y no ya en términos simbólico-expresivos. En realidad, el territorio étnico reviste las mismas características simbólicas y culturales que el territorio nacional, pero lo que para el grupo nacional es objeto de identificación y de apropiación plena, para las etnias es permanente objeto de reclamo, de disputa y, en muchos otros casos, de nostalgia y recuerdos. Porque, como queda dicho, es la disociación -real o simbólica- entre territorio y cultura lo que define la etnicidad según la perspectiva que estamos presentando (Giménez 132-133) . 

Por eso, aquello que permite la unificación de los miembros de la comunidad son los elementos que comparten, esto proporciona la posibilidad de una distinción de otras agrupaciones. Entre esos elementos aparecen la lengua, el territorio, los cultos religiosos, las formas de vestir, las creencias, la historia, los ritos, la cultura y todo aquello que los hace parecidos uno con el otro.  

Desde esa perspectiva, la relación simbólica con la cultura y la identidad de los pueblos mayas chontales o Yokot´anobs 2, queda al descubierto con los ritos que enmarcan a dichas poblaciones. Estos rituales están integrados por contenidos prehispánicos fusionados con los provenientes del país conquistador; ya que este impuso su religión católica en las conciencias de los indígenas, implantándose el rendimiento de honor a los santos y dejando en el olvido la veneración politeísta.  

La identidad cultural compartida se refuerza en las fiestas del santo patrono del pueblo, en las ceremonias públicas, en las luchas políticas, en la defensa de la propiedad de las tierras de la comunidad y en las relaciones y conflictos que establece la comunidad con los grupos vecinos y con el propio gobierno. Así se conforma lo que los antropólogos llaman identidad étnica es decir, la idea que tienen los miembros de una comunidad de formar una colectividad claramente distinta a las otras con las que conviven y que, por lo tanto cuenta con sus propias formas de vida, sus propias leyes y formas de justicia, sus propias autoridades políticas y su propio territorio (Navarrete 19). 

Para Federico Navarrete Linares, los rituales y las fiestas patronales de cada comunidad indígena tienen la función de reforzar la identidad, para que puedan avanzar con el paso del tiempo y en las nuevas dinámicas sociales, donde son considerados como grupos vulnerables. En ese sentido, al interior de las comunidades indígenas chontales, surgen todos los elementos que sitúa Navarrete en la teoría de la identidad étnica, que implica tener una propia lengua, rituales específicos, veneración a un santo patrono, contar con fiestas ceremoniales y hasta estructuras de gobierno específicas.  

Los pueblos chontales de Tabasco; cuando les llegó la colonización española, se encontraron con el problema de que sus lazos identitarios iban a ser removidos o tergiversados, ya que por siglos habían estado adorando a sus dioses que protegían a la naturaleza. Por eso tuvieron que asimilar la transculturación 3 y adaptar sus ritos de identidad ideológica a la española. Hay que decir que, en la actualidad los chontales o Yokot´anobs han dejado la antigua organización tradicional basada en la familia extensa; y la agricultura, pesca y artesanías, han sido desplazadas por actividades contemporáneas urbanas. Ahora su organización es más similar a la de una delegación municipal, donde hay un líder, un tesorero y un jefe de policía, entre otros cargos de orden político. También se puede hallar un Consejo Supremo Chontal en esas comunidades, que se ha organizado de manera informal con la decisión de recuperar y salvaguardar el territorio Yokot´an.4 

  1. 2. Dos comunidades, dos danzas

Un rito es un conjunto discernible de acciones que tienen lugar para lograr efectos deseados en relación con acontecimientos biológicos, sociales, religiosos o espirituales (Arizpe 69) .  Desde ese enfoque, las danzas indígenas son rituales que se convierten en objeto de representación social entre los habitantes de las comunidades. Víctor Turner (2005), por medio de su Teoría del Rito, ofrece la posibilidad de comprender desde la perspectiva simbólica y de significados, a la danza indígena como elemento identitario.  

Cabe decir, que es común que en el marco de los festejos al Santo Patrono se desarrollen rituales dancísticos en una comunidad, que son por sí mismos, un cúmulo de símbolos identitarios de los habitantes, por lo que tienen un valor de apropiación muy amplio entre ellos. Esto se debe a que estos rituales se convierten en una manera de expresión de los miembros de la población local, pero también se transforman en algo mucho más complejo y valioso para ellos, ya que generan cohesión e identidad.  

Por eso los rituales se transforman en herramientas de anclaje de identidad de los habitantes en las comunidades chontales de Tabasco y destacan las danzas indígenas, que son una manifestación de la ideología espiritual en la que convergen elementos simbólicos prehispánicos y españoles. La conformación de esos símbolos permite identificar detalles mediante el análisis, que, al ser interpretados, sirven de dispositivo para la comprensión del ritual. Así se puede señalar que: las danzas indígenas contienen símbolos, que están integrados por una serie de connotaciones que aluden al pasado prehispánico de la línea maya chontal y de la época de la Conquista (Mompradé 34) 5, como se verá a continuación. 

  1. Son de interés para este trabajo dos danzas indígenas de las poblaciones chontales en Tabasco, que han traspasado las barreras del tiempo y del espacio: una de Tamulté de las Sabanas, ubicada en el municipio de Centro; la otra de Tecoluta, Segunda sección, insertada en Nacajuca. Una es la danza del Caballito Blanco celebrada en honor al santo patrono Francisco de Asís en la comunidad Tamulté de las Sabanas; ritual con elementos simbólicos, que aluden a la lucha social entre los conquistados y los conquistadores. La otra es La Danza del Caballo y el Gigante, en honor a la Santa Cruz, de Tecoluta, Segunda sección, en Nacajuca; la cual se ejecuta como recordatorio de la conquista, en donde además del personaje indígena y el español, aparece otro que representa la religión. Las estructuras de estos rituales dancísticos, ofrecen la alternativa de recrear una narrativa clara y precisa que se ejecuta a lo largo del rito.

  2. La Danza del Caballito Blanco, Tamulté de las Sabanas. Foto: Leonardo Valencia Pérez
  1. En Tamulté de las Sabanas, la danza se ejecuta durante la fiesta de San Francisco de Asís, el 4 de octubre, y es precedida por varias ceremonias que se realizan desde quince días antes de esta fecha. La iglesia como institución juega el rol de organizadora, con ese fin crea un patronato que rige todos los rituales enmarcados en esa celebración, incluyendo la ejecución de la danza del Caballito Blanco. Del 25 al 27 se llevan a cabo las novenas o maromo, que consisten en ofrendas de tamales, chorote6, guarapo 7 y velas, en donde desde la casa de uno de los socios del mayordomo de la Iglesia, vienen en peregrinación hasta el templo para ofrecerle al santo patrono su promesa y cuyos cargos son renovados cada año.  
  2. De acuerdo con los pobladores es en honor a San Francisco de Asís la fiesta grande, este santo es tan importante para la comunidad como el dios Kantepec lo fue en su tiempo, a él se le rendían cultos, las ofrendas y los agradecimientos, por él se organizaba y reunía a la gente desde el 25 de septiembre al 5 de octubre, para compartir las cosechas y los favores otorgados por esta divinidad […] El maromo es una tradición importante porque es una pieza fundamental en la fiesta de San Francisco de Asís y es el nombre que se le da a las velaciones que se hacen en vísperas a la celebración; son rituales que se celebran por la noche […] al igual que en otras partes del estado de Tabasco “las promesas” son parte importante de la fiesta y de la ritualidad... (Quiroz 19). 

  3. El padre Daniel Morales Hernández, párroco de la iglesia de san Francisco de Asís de Tamulté de las Sabanas, explica que la importancia de la fiesta patronal recae den la convergencia de los tres santos a los que se venera: San Francisco de Asís, la virgen del Rosario y el Cristo del buen viaje.  
  4. Inicia con una peregrinación que se llama comúnmente novenario se le relacionan con actividades de tipo cultural, se reparten en tres familias diferentes una reliquia, respectivamente, unas cruces hechas de madera y ellos cada día, de los tres primeros días de la semana, la familia viene agradecer la primer novena en honor a San Francisco de Asís, la segunda es para agradecer a la Virgen del Rosario y la tercera en honor al Cristo del buen viaje. Las tres imágenes son muy significativas para ellos para la fiesta. Al medio día hay una celebración eucarística donde se recibe la ofrenda que trae la gente, ellos le llaman el maromo tradicional y a partir de ahí la fiesta inicia con mucha fluidez. La gente es muy participativa en esos días, son muy culturales, además vienen los medios de comunicación para captar en torno a la vida de la comunidad y su festividad (en Frías 21). 

  5. El sacerdote reconoce que esta fiesta es la que une a todos los pobladores y que, su gran alcance se debe a que cada vez acuden más visitantes, tanto del resto del país, como del extranjero. Entonces se infiere que: este festejo patronal permite la participación de todos los pobladores y que además se prepara con un año de antelación para que pueda llevarse a cabo.  
  6. En paralelo a la danza, hay otro ritual de sumo interés para los pobladores conocido como el shoyuman, que consiste en bajar de su altar la imagen del santo patrono y pasearla por el templo. “Ellos en la fiesta hacen lo que llaman el shoyuman, lo que consiste en bajar a san Francisco de Asís, lo ponen en un altar frente a la comunidad y lo pasean por todo el templo haciendo el sentido de la bendición a los cuatro puntos cardinales a la zona, la gente le da gracias” (en Frías 22).  En tanto, en Tecoluta, Segunda sección, municipio de Nacajuca, se desarrolla la fiesta el 3 de mayo en honor a la Santa Cruz y el Señor de la Salud, en esta comunidad se baila la danza El Caballo y el gigante. Don Hernán de la Cruz de los Santos explica que los días  2 y 3 de mayo son los más importantes para la fiesta patronal dedicada a la Santa Cruz y al Señor de la Salud. Entre las actividades más sobresalientes está la de bajar las imágenes de su aposento al interior de la iglesia, para cambiarles los atuendos. También en la casa del patrón o patrones se hacen rezos y concluyen con la danza Baila viejo, ejecutada en las vísperas del festejo, es decir, en la noche.  
  7. … al siguiente día a las siete de la noche empezamos un rosario y acostumbramos a quemar velas que le llaman jachón, una de las siete palabras que se acostumbra por los patrones de la iglesia […] El jachón es un candelero que se adorna con mazorcas de maíz de tres brazos y a esos tres brazos se le ponen velas […] lo cuidamos hasta las doce de la noche. Se enciende con sus respectivas mazorcas de maíz de lado en lado y sus velitas, empezamos a las ocho de la mañana con un rosario y el jachón de velas grandes se va a la cocina porque ahí se hacen los pozoles, el chorote y la comida para toda la gente (en Quiroz 34 vol. 5). 

  8. Dentro del ritual del festejo, después de haber iniciado el 1 de mayo, al día siguiente se realiza la enrama, que es la peregrinación de las ofrendas dadas por todos los pobladores que donan los mejores productos de las cosechas o el ganado. Una vez en la iglesia se reparte chorote y dulces tradicionales a los asistentes; cuando son las nueve de la noche se reúnen para lanzar globos y quemar fuegos pirotécnicos de colores, todo este festejo culmina a las dos de la mañana. El 3 de mayo se reúnen en la iglesia a la misa y a la procesión del Señor de la Salud y la Santa Cruz, que recorre toda la carretera regresando a la iglesia para otra misa.  
  9. Los personajes que intervienen en la danza del Caballo y el gigante son tres, David, Goliat y el caballo. Los dos primeros llevan máscaras de madera con cabelleras largas de jolocín.8  La máscara de Goliat es roja escarlata y tiene barba pintada de negro con un aspecto diabólico intencional. Posee una prominencia que representa la piedra que usó David para derrotarlo. Por su parte, la máscara de David es de color rosado con bigote y pico o piocha. Y finalmente, el caballo está formado por una estructura de madera forrada por una tela blanca, con un hueco en medio, que es donde se introduce la persona que baila. Este ritual dancístico se ejecuta en el atrio de la iglesia, así como en las calles de la comunidad y en la casa de las personas que ofrendan. Su narrativa recae en una pelea entre los personajes, que a su vez danzan al ritmo que va marcando la banda de viento o flauta con tambores. David y Goliat tienen espadas de madera que chocan en el combate al ritmo de la música, todo este proceso dancístico se va ejecutando cuando se camina con las ofrendas rumbo a la iglesia de la Santa Cruz en la procesión, que es encabezada por la danza. 

En Tecoluta, Segunda Sección, la Danza del Caballito y el Gigante. Foto: Aurora Kristell Frías López

  1. La Danza del caballo y el gigante representa un pasaje bíblico en el que el hebreo David se enfrenta al filisteo Goliat, en una lucha, pero además a este ritual se le ha agregado un tercer rol, el del caballito que es una alegoría a las injerencias de otras danzas indígenas poscoloniales tabasqueñas. Por lo que en Tecoluta, Segunda sección, existe una versión bíblica católica con un elemento distinto de lo que prescribe tal pasaje, pero con similitudes a otros rituales de Tabasco. Esto establece que la danza revive la lucha entre David y el gigante Goliat, con la intermediación de un tercer personaje que es el señor Santiago de Galicia, que es escenificado montado sobre un caballo blanco, que fue incluido por los pobladores de Tecoluta, es decir, hicieron su propia adaptación.  El personaje de David es representado por Adelaido Arias Rodríguez, quien recuerda que este ritual comenzó a ejecutarse en la Segunda sección de Tecoluta, hace cuarenta años, en 1975, de hecho, él vivía en la primera sección, pero después de casarse se fue a vivir a la otra: “… el que organizó fue el finado Justo Martínez, ya se murieron los más viejos, mi suegro Darío Rodríguez fue el que me invitó. Empezamos a organizar ese caballito como era antes; en el tiempo de Garrido […] pasó ese tiempo y después empezaron a decir: Vamos a hacer un caballito.” (Arias citado en Quiroz 12 vol.5).
  2.  
  3. Danzantes del Caballo y el Gigante listos para iniciar la jornada festiva. Foto: Aurora Kristell Frías López

3. Ritos dancísticos: similitudes simbólicas 

  1. Lo que es un hecho, es que de alguna manera las danzas indígenas estudiadas tienen un espacio en la memoria individual, además de la colectiva, tanto del pasado del siglo XX, como en la actualidad de los pobladores de la comunidad. La Danza del Caballito Blanco, como la del Caballo y el Gigante, convergen en que las dos tienen significados y valores simbólicos vinculados con la religión católica – que proviene de la Conquista española-, en donde la población tiene una guía espiritual que protege al pueblo denominado Santo Patrono y que en el calendario se festeja una vez al año.
  2. De ese modo, el santo patrono se convierte para los pobladores, en su divinidad a venerar y para quien se realizan los rituales propios de la comunidad chontal. Para él se baila la danza y para él se preserva, mediante el paso generacional. Aunque existan injerencias españolas por ser danzas de conquista, los antecedentes de las danzas indígenas en Tabasco, al igual que en el resto del país, preceden a la colonización. En un México prehispánico y politeísta, estos ritos derivaron de una línea religiosa que antecede a la colonia, donde se manifiesta la relación entre lo místico y lo divino. Es decir, la danza es un elemento nuclear en los rituales indígenas y ha transcendido al paso del tiempo, seguramente con modificaciones, pero sin perder la esencia.

 

  1. Pobladores de Tamulté de las Sabanas venerando a San Francisco de Asís, su santo patrono. Foto: Aurora Kristell Frías López.
  1. Las danzas que se abordan en este trabajo, ambas provenientes de contextos chontales, tienen similitudes, aunque con variaciones en algunos objetos instrumentales, lo cual deja al descubierto la existencia de un hilo conductor en la narrativa de estos rituales como parte de una sola identidad chontal: una representación de la lucha y reticencia de los indígenas ante la llegada de los conquistadores de España. En la danza del Caballo Blanco hay dos personajes principales: el caballo blanco que representa al español y la máscara que representa al indígena, y “… juntos, a través del baile que realizan en las casas, calles y en la iglesia del pueblo, escenifican una lucha, un encuentro entre dos culturas, que definen hoy a la comunidad de Tamulté de las Sabanas.” (Quiroz 30). En este ritual dancístico ambos personajes son ancianos, y sus roles; por tradición, y en décadas atrás, probablemente fueron asignados por herencia de sus abuelos o padres. En consecuencia, estos personajes son considerados por el pueblo como líderes morales además de ser muy respetados.   En ese sentido hay una diferencia con la danza El Caballo y el Gigante ejecutada en Tecoluta, Segunda sección, ya que los ejecutantes son jóvenes y además no son permanentes, incluso pertenecen a la primera sección de la comunidad por lo que son poco identificados por los pobladores. Aquí adquiere más importancia la danza como tal, como producto cultural, en cambio, en Tamulté de las Sabanas, además de este valor, se adhiere uno mayor que es la función de los ancianos.  
  2. También la música juega una función primordial en la ejecución de las danzas analizadas, donde los instrumentos que se requieren son la flauta de carrizo, el caparazón de la tortuga y los tambores. En ambas danzas participa la música de tamborileros, aunque también se incluye la música de banda durante la ejecución. Esto indica que se ha añadido otro género musical, pero sin perder el contenido de las piezas que en general son las mismas de zapateo. Al respecto el etnolingüista Isidro García García, declara que la flauta de carrizo debe acompañar a la danza, pero dicho instrumento tiene que ser ejecutado por un anciano que debe practicar con antelación con los decanos, que dan vida a la máscara y al caballito.    De lo dicho se infiere, que la finalidad de las danzas el Caballito Blanco y el Caballo y el Gigante, es mantener contento a su santo patrono, para que éste, a lo largo del año, proteja a la comunidad, así como las cosechas y cría de animales de los habitantes. En las dos comunidades se realizan estas actividades los días previos al festejo y, por supuesto, el día de la conmemoración patronal, que comienza desde la mañana hasta la última misa que oscila entre 3 a 6 de la tarde.  Se llevan a cabo en las calles principales de la respectiva comunidad, durante el recorrido del mayordomo con los pobladores en busca de las ofrendas que algunas familias ofrecen al Santo, cuando se considera, que la danza purifica estas tierras y a sus pobladores, lo que se asocia con la denominada fe, en términos religiosos y propiamente católicos. En estas danzas convergen otras, como la del maromo, que consiste en las velaciones que se hacen en vísperas a la celebración, por lo regular en la noche, donde  también danzan la máscara y el caballito.  Finalmente, se identifica en las fiestas patronales de Tamulté de las Sabanas y TecolutaSegunda sección, la ejecución del ritual de la danza como ineludible. Más aún, se convierte en uno de los referentes de las celebraciones, tanto para los propios habitantes, como para quienes acuden de otras comunidades. Se insiste en que lados danzas, El Caballito Blanco, y el Caballo y el Gigante, también ponen de manifiesto la injerencia europea, específicamente la española, porque aluden a la lucha por la colonización y la resistencia indígena: característica de estas poblaciones, donde la máscara que se usa, así como el resto del atuendo, representan al mal, al aspecto diabólico; es una lucha entre el bien y el mal, entre los fuertes y los débiles.
  3. Conclusiones  
  4. Los rituales dancísticos en las comunidades chontales tienen una serie de responsabilidades como elemento de identidad, debido a que ofrecen la convergencia de la cultura que les pertenece, de sus orígenes y de lo que son en esta época. Las danzas analizadas han sido tomadas por los pobladores como el objeto mayor de identidad y en ese aspecto han asumido el rol de preservadores, y transmisores generacionales de estos ritos, para garantizar que no se abandone su ejecución y no deje de ser parte de las actividades de la comunidad. Otro elemento que interviene en el desarrollo y permanencia del rito dancístico es la iglesia católica, porque a través de patronatos o consejos de mayordomía es como se organizan para la festividad incluyendo todos los rituales. A través de la iglesia es que se legitima esta festividad motivando a los creyentes católicos a acudir y participar desde los diferentes roles que le son otorgados por el grupo religioso organizador.   No hay que olvidar que son dos los elementos que dan origen a esta tradición festiva, por un lado, la divinidad a quien debe darse la ofrenda y por otro, la hermandad entre los habitantes, que debe ser fortalecida por lo menos dos veces al año: una, durante el día de muertos, que al igual que en el resto del país se festeja de acorde a sus propias costumbres, y la otra, en el festejo al santo patrono. En estas celebraciones la comunidad coopera, se reúne y disfruta de la convivencia social. De ese modo, los rituales dancísticos son prácticas que fortalecen la identidad de los pobladores y la colectividad indígena. Muchos visitantes locales, incluso nacionales y extranjeros, llegan a admirar estas danzas, aunque su importancia para las poblaciones tiene una génesis más profunda, ya que se ejecutan; no para divertir a los espectadores que asisten al festejo patronal, sino para venerar a su santo patrono, por lo que poseen un sentido religioso.8 
  5. Por otro lado, existe una clara referencia sobre el aprendizaje transmitido generacionalmente de abuelo a padre y de éste al hijo, con el fin de preservar y llevar a la práctica, la danza lo más fidedignamente posible, para así fortalecer la identidad del territorio e incluso de su pueblo, y por ende la comunidad, aunque esta transmisión de la ejecución y significación de la danza, se consigue ahora también mediante estrategias permanentes coordinadas por la figura de un promotor cultural. Y aunque la amenaza de la comunidad reside en que haya una posible resistencia de aprendizaje en las nuevas generaciones chontales, también hay una barrera que garantiza el cuidado, el valor y la promoción evitando que los flujos externos permeen en su identidad, basada en los ritos dancísticos y sus actores que son los promotores de la preservación. En síntesis, para los chontales, los festejos comunitarios marcan un anclaje de cohesión, ya que para ellos la existencia de fechas de festividades permite la posibilidad de venerar a su dios, que es su santo patrono, quien cuida la comunidad y a sus muertos, mediante la memoria ritual que instaura jerarquías y se convierte en referente para el resto de la sociedad. De esa manera, en este caso, la responsabilidad de aprender el ritual y ejecutarlo, le es otorgado a los danzantes; sin embargo, no solo reside en éstos la garantía de transmitirla a las generaciones más jóvenes, depende también de los actores sociales que se establezcan estrategias de preservación y su transmisión generacional. Estos son los promotores culturales de las respectivas regiones.  
  6. Fuentes de consulta 
  7. Arizpe Lourdes. El patrimonio cultural inmaterial de México. Ritos y festividades. México: Porrúa. 2011. Impreso. 
  8. Frías, Aurora. La promoción cultural: representaciones e identidad sobre los rituales indígenas en dos comunidades  tabasqueñas. México: Iconos. 2016. Digital. Molina, Pedro. La función simbólica de los ritos: rituales y simbolismo en el Mediterráneo. Barcelona: Icaria Editorial. 1997 Impreso Mompradé L. Electra y Gutierrez Tonatiúh. Historia General del Arte Mexicano. Danzas y bailes populares. México: Hermes S.A. 1981. Impreso. Navarrete Linares Federico. Los pueblos indígenas de México. México : CDI. 2008. Impreso. Quiroz Malca Haydeé. Coordinadora. Colección Danza y música tradicionales de Tabasco. Vol. 5 y 6. Villahermosa: Gobierno del Estado de Tabasco.2011. Impreso. Rubio, Miguel Angel. Ritos y conceptos relacionados con la muerte. Entre los Yokot´an de Tabasco. México: UNAM.2012. Impreso. Turner Víctor. La selva de los símbolos. México: Siglo XXI. 2005. Impreso.  
  9.  
  1. Cabe decir que los pueblos indígenas de México, han encontrado en sus procesos ritualísticos la posibilidad de solidificar la identidad, pero también de expresar sentimientos, intereses colectivos, preocupaciones y generar una convivencia social sobre los sucesos que han marcado a su población.
  2. El termino chontal es un vocablo mexicano o náhuatl, que significa “extranjero”, origen que identifica a este grupo con el de los chontales de Oaxaca; pero los chontales de Tabasco se autodenominan yokot´anob o yokotan, que significa “el pueblo que habla yoko ochoco” o “el que habla la lengua verdadera”.
  3. El concepto de transculturación se refiere al proceso por el que pasa una sociedad al momento de apropiarse de las culturas y costumbres de otra sociedad y de esta manera lo que hace es sustituir sus propias costumbres por las nuevas, dejando de lado su esencia como sociedad.
  4. Significa en náhuatl “el pueblo que habla yoko ochoco” o “el que habla la lengua verdadera”.
  5. Electra Mompradé explica que este fenómeno, que es propio de todos los rituales dancísticos indígenas en México, antes de la colonización las danzas ya existía como ritual de los pueblos prehispánicos y con la colonización sufrió modificaciones con intervenciones de la religión católica.
  6. Bebida originaria de Tabasco a base de masa de mixtamal y cacao
  7. Bebida elaborada con jugo de caña fermentada. Existe también el guarapo de maíz el cual es de color blanquecino y es creado a través de la fermentación del maíz tostado, la panela y el agua.
  8. Así lo asegura la autora Electra Mompradé en su obra Historia General del Arte Mexicano, editada en 1981: “Un hondo sentido mágico religioso trasciende de las danzas interpretadas por la población indígena. El danzante, en este caso, no baila para su diversión o la del público que lo rodea. Sus danzas son como una plegaria para recibir el apoyo de las fuerzas superiores que él considera dominan al mundo; para demostrar devoción y respeto a la divinidad.” (Mompradé 58).

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