Resumen
Este escrito expone un modelo de análisis para diseñar Sistemas Aumentativos y Alternativos de Comunicación orientados a personas con algún trastorno del lenguaje, basado en la propuesta que hace Nelson Goodman en el texto Maneras de hacer mundos (1978) y en los puntos convergentes de la reflexión en torno al lenguaje realizadas por Saussure (1916), Vygotsky (1934) y Foucault (1966). Dicho modelo parte de la pregunta: ¿qué categorías de análisis se requieren tomar en cuenta para diseñar un Sistema Aumentativo y Alternativo de Comunicación? Su respuesta hipotética, considerando la integración del Yo, es que las categorías son: emociones y sentimientos; autopercepción de la imagen corporal; sexualidad; relaciones humanas; actividades cotidianas; actividades recreativas; recuerdos; y deseos.
Palabras clave: Nelson Goodman, Ferdinand de Saussure, Lev Vygotsky, Michel Foucault, Sistemas Aumentativos y Alternativos de Comunicación, modelo de análisis, trastornos del lenguaje.
Abstract
This paper presents an analytic model for the design of Augmentative and Alternative Communication Systems for people with a language disorder, based on Nelson Goodman’s approach in the text “Maneras de hacer mundos” (1978) and on the converging points of the reflections on language by Saussure (1916), Vygotsky (1934) and Foucault (1966). The model is based on the question: which analytical categories need to be considered to design an Augmentative and Alternative Communication System? The authors’ hypothetical answer, considering the integration of the Self, is that theategoryies are emotions and feelings, self-perception of body image, sexuality, human relations, daily activities, recreational activities, memories, and desires.
Keywords: Nelson Goodman, Ferdinand de Saussure, Lev Vygotsky, Michel Foucault, Augmentative and Alternative Communications Systems, analysis model, language disorders.
Ra tsapu̷ ts’ike jñaa*
Nujnu tee k’u̷ opju̷ jichi daja dyu̷nu pje juajnu̷ mbara kjaa jmicha b’e̷pji Dyu̷s’u̷ k’u̷ mamu̷ pje jñaa jñandu̷ ja ra maa ye pes’I zapju ko xi naja chu̱u̱ pje jñaa, ̷t’a̷ k’a ne na̷mba̷ tju̱u pje dy’a̷t’a Nelson Goodman k’a ne xiskuama A kjanu pje dy’a̷t’a xoñijo̷mu̷ (1978) ye k’a ne ts’ipotju̷ ñabi pje ne mbentjo k’a t’e̷zi k’u̷ na sja̱nra̱ ne jñaa ra joku kja Saussure (1916), Vygotsky (1934) ye Foucault (1966). Ma̷ja̷ dyu̷nu̷ ra maa pje ne t’o̷nu: ¿pje ja kjaa kja ra juajnu̷ ja ra zopju̷ mbara kjaa jmicha daja B’e̷pji Dyu̷s’u̷ ñe k’u̷ mamu̷ pje jñaa? Ne tju̷nru̷ k’o nee, tsjapu̷ ndu̷b’u̷ ne ra jmutu pje Nuzgo, k’a pje ne ja kjaa kja: tsjapu̷ na joo ye pjeñe; dya je̷zi pje ne jmicha ngero; ndes’e; cha̷ka nailo; b’e̷pji pama pama; b’e̷pji t’eñe; dya nee; ye nepe.
Jñaa nda̷t’a̷: Nelson Goodman, Ferdinand pje Saussure, Lev Vygotsky, Michel Foucault, kjaa jmicha B’e̷pji Dyu̷s’u̷ ñe k’u̷ mamu̷ pje jñaa, Dyu̷nu̷ pje ra juajnu̷, chu̱u̱ pje jñaa, ̷t’a̷.
*Traducción lengua mazahua, variante occidente del Estado de México: Cynthia Hipolita Salgado López.
Introducción
Los Sistemas Aumentativos y Alternativos de Comunicación (SAAC), de acuerdo con Cuevas (2014), son herramientas que tienen como propósito servir de complemento durante el proceso de rehabilitación de los trastornos del habla1 y favorecer el desarrollo adecuado del lenguaje (sistema aumentativo); así como para contrarrestar y facilitar la comunicación humana de las personas con trastornos del lenguaje (sistema alternativo), los cuales pueden ir acompañados de otra condición como: autismo, deficiencia intelectual, parálisis cerebral o afasia, por mencionar algunos. En el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, DSM-5 (2014), se refiere que un trastorno del lenguaje debe cumplir con alguno de los siguientes criterios:
a. Que la persona manifieste dificultades en la adquisición y uso del lenguaje, debido a déficits en la comprensión o producción de este. Esto puede ser motivado por tener un vocabulario reducido, por una estructura gramatical limitada o por una dificultad para conformar un discurso.
b. La capacidad del lenguaje es notablemente reducida con respecto a lo esperado por edad, por lo que la comunicación, la participación social, los logros académicos o el desempeño laboral se ven limitados.
c. Los síntomas se observan en etapas tempranas del desarrollo.
d. Los síntomas no se explican por deficiencias sensoriales, disfunción motora u otra afección médica o neurológica, ni por discapacidad intelectual ni un retraso global del desarrollo.
El diseño de los SAAC depende de las habilidades cognitivas (percepción, atención, memoria, lenguaje, razonamiento…) y motoras (movimiento ocular, coordinación, habla…) del paciente que son identificadas a través de distintas pruebas estandarizadas, exámenes neurológicos, entrevistas con los padres o tutores, y la observación directa. Según el nivel de desarrollo cognitivo del paciente, los SAAC pueden hacer uso de fotografías, símbolos gráfico-visuales, colores, entre otros, que tienen una denotación generalizada. El cómo se ordenen los elementos y el medio en el que se presenten (tablero físico, libro físico, tablero digital…), será con base en el nivel de desarrollo motor, ya que una forma de comunicarse es señalando el espacio donde se encuentra lo que se quiere expresar. Estos sistemas, además de ser empleados en la terapia de lenguaje 2 también se utilizan en otros ámbitos como la escuela y la casa. En la mayoría de las personas con trastornos del lenguaje, la interacción se hace de manera sistemática, repetitiva y con representaciones visuales que son comunes entre las personas que no tienen un trastorno del lenguaje, ni alguna otra condición que impida la comprensión y expresión de este.
A partir de lo antes mencionado, surgieron tres interrogantes que dieron motivo a esta propuesta: 1. ¿Cómo diseñar SAAC con representaciones visuales que no atiendan a una denotación universal, sino a un significado propio del paciente? 2. ¿Podrían generarse categorías de análisis que den cuenta de la forma en que un paciente construye su “mundo interno” y, por ende, comprender su propia manera de simbolizar su entorno? 3. ¿Qué alcances y limitaciones habría si se da mayor peso a la subjetividad3 del paciente, durante la terapia de lenguaje? Estos cuestionamientos y la búsqueda de respuestas, no sólo manifiestan una curiosidad personal, sino que también posibilitan otros modos de reflexionar sobre el tema de los trastornos del lenguaje, en particular y sobre el ámbito de la discapacidad en general. Cabe añadir que otra razón para elaborar este trabajo es que se detectó una oportunidad para innovar el proceso de diseño de SAAC, en el que se busca integrar la propuesta de Nelson Goodman con las particularidades de cada persona con algún trastorno del lenguaje, haciendo énfasis en el cómo perciben y cómo simbolizan su entorno.
Para ello, se plantea la pregunta de investigación: ¿Qué categorías de análisis se requieren tomar en cuenta para diseñar un SAAC? Su respuesta hipotética plantea que, considerando la integración del yo, las categorías son: emociones y sentimientos; autopercepción de la imagen corporal; sexualidad; relaciones humanas; actividades cotidianas; actividades recreativas; recuerdos; y deseos.
Con el propósito de validar la hipótesis, este artículo se desarrolla de la siguiente manera: el primer tema a tratar son los principios teóricos que fundamentan el modelo de análisis, los cuales consideran la propuesta de Goodman descrita en el texto Maneras de hacer mundos (1978), la cual tiene como objetivo examinar y comparar cómo hacemos lo que hacemos y con base en qué criterios juzgamos lo que hacemos (en Ávila 2002); así como la construcción de una definición del lenguaje, a partir de los puntos convergentes resultantes de la reflexión en torno al mismo realizada por los autores Saussure (1916), Vygotsky (1934) y Foucault (1966). En la parte siguiente, se muestra el modelo de análisis integrado y el procedimiento para aplicarlo. Finalmente, en el tercer apartado, se exponen los alcances y las limitaciones que podría tener la aplicación del modelo.
- 1. Principios teóricos
El modelo de análisis ha sido construido a partir de la tesis central expuesta por el filósofo Nelson Goodman en el texto Maneras de hacer mundos (1978). Además, se han considerado los abordajes lingüístico, psicológico y filosófico del lenguaje, de acuerdo con los autores Ferdinand de Saussure (1916), Lev Vygotsky (1934) y Michel Foucault (1966), respectivamente.
- 1.1 Tesis de Nelson Goodman
El término “maneras de hacer mundos” implica construir versiones de un mundo llamado realidad, tomando como base un marco de referencia que facilita un sistema de descripción que establece cómo se explica uno o varios mundos. Es decir, que no se crean mundos nuevos, porque “… esos múltiples mundos son precisamente los mundos reales que construimos por medio de y como respuesta a, aquellas versiones que son correctas o verdaderas.” (Goodman 131) Ampliando esta idea, es necesario hacer un análisis con base en las reglas de inferencia de la lógica, así como prestar atención a criterios de validez y a criterios de corrección que permitan organizar categorías que, además de exponer cómo está construido un mundo, expliquen cómo opera el mismo.
De acuerdo con Goodman (1978), una versión de un mundo es construida, principalmente, a través de cinco modos: composición y descomposición: un elemento puede pertenecer a dos o más versiones, cuya presencia o ausencia modifica el todo; ponderación: es posible que un elemento presente en dos o más versiones, se le asigne un valor distinto, según al mundo al que pertenezca; ordenación: las partes que componen al todo son jerarquizadas; supresión y complementación: se pueden omitir o añadir elementos al todo porque es conveniente y/o es necesario; y deformación: los elementos son acomodados por motivos de corrección o de distorsión.
Así mismo, varios mundos se materializan por medio de las relaciones que se dan entre sus elementos, ya sea mediante la ejemplificación, es decir, que exhibe propiedades a las que se les agrega una referencia; las muestras y etiquetas, que permiten ordenar un ejemplo por categorías; los hechos y las figuras, siendo ambos ficticios, pero los primeros se consideran objetivos (en el caso de las descripciones científicas) y los segundos subjetivos (en el caso del uso de las figuras retóricas); los esquemas, que permiten identificar la estructura que se da entre los elementos (paradigma); la transferencia, o sea, los elementos pueden converger y divergir en diferentes puntos; la metáfora, la cual difiere de la figura por ser una organización inusual o poco convencional que origina un establecimiento de asociaciones y discriminaciones nunca antes empleadas; y la expresión, donde el sujeto denota un símbolo, es decir, que su cualidad es atribuida por el hablante.
Para que un mundo sea válido y correcto, necesita cumplir con ciertos requisitos: tener densidad sintáctica y densidad semántica, en otras palabras, que sea coherente y que represente, describa y/o exprese algo; presentar una plenitud relativa que promueva la identificación y distinción de la mayor cantidad de aspectos significativos y pertinentes de un símbolo; ejemplificación, o sea, que un símbolo funcione como muestra de propiedades literales o metafóricas; y poseer una referencia múltiple y compleja, es decir, que un símbolo tenga una función referencial debido a que interactúa y es regulado por otros símbolos.
- 1.2 Tres versiones relativas al lenguaje
Para seguir con el eje anterior de Nelson Goodman sobre la construcción de diferentes versiones de un mundo, se eligieron tres textos para definir el lenguaje: Curso de lingüística general (1916) de Ferdinand de Saussure; Pensamiento y lenguaje (1934) de Lev Vygotsky; y Las cosas y las palabras. Una arqueología de las ciencias humanas (1966) de Michel Foucault. El objetivo de abordar este tema desde la lingüística, la psicología y la filosofía es para mostrar que el lenguaje va más allá de un acto comunicativo y a partir de ello, manifestarlo de diferentes maneras, incluyendo aquella que no se vale de palabras.
Saussure (1916) introduce el término “signo” como elemento que conforma a una lengua.4El signo es psíquico, incluyendo el proceso fisiológico que acontece en el cerebro y se configura mediante un concepto, denominado significado y una imagen acústica, llamada significante. El signo adquiere sentido cuando hay una coordinación entre el significado y el significante. En el esquema 1 se puede observar un posible sentido o, mejor dicho, una significación sobre el término “enfermo mental”, de acuerdo con tres marcos de referencia: profesionales de la salud, el común de la gente y los creyentes en lo paranormal. Cuando el término “enfermo mental” es pronunciado, en la mente se generan posibles asociaciones con una “persona con depresión”, el “loquito de la colonia” o un “médium”. Esto también se debe a la coexistencia con otros signos que pueden modificar su valor por medio de la formación de sintagmas —frases u oraciones—, que son unidades consecutivas en orden lineal y por asociaciones derivadas, dependientes de los paradigmas en una acepción semántica —redes semánticas—, que se instauran en torno al signo principal.
Esquema 1. La significación como una condición psíquica. Elaboración propia.
Las diferencias de sentidos de los signos, también fue motivo de estudio para Vygotsky (1934), quien observó en niños pequeños que al principio “… todo pensamiento es una generalización…” (Vygotsky 284) El significado evoluciona conforme a las experiencias que el menor va adquiriendo durante su desarrollo a través del juego y de la interacción con otros niños y adultos en diferentes contextos. Entonces, los significados son un fenómeno del pensamiento cuando se materializan en el habla y son un fenómeno del habla cuando esta se conecta con el pensamiento.
Tanto la propuesta de Saussure (1916) como la de Vygotsky (1934) se pueden hilar con la que hace Foucault (1966) al decir que: “… el sentido de las palabras sólo pertenece a la representación de cada uno y, por mucho que sea aceptado por todos, no tiene otra existencia que la que tiene en el pensamiento de los individuos tomados uno por uno.” (Foucault 99) Es decir, que las palabras cobran sentido según el lugar que ocupan dentro de un enunciado (sintaxis–sintagma), así como en la experiencia (actividad del hombre) y en la cultura; las palabras visibilizan o invisibilizan las cosas, por lo que el funcionamiento del signo está en lo significado, lo que es representable: esto es lo que permite organizar al hombre.
Esquema 2. Puntos de convergencia en la definición del lenguaje (elaboración propia), donde L corresponde a lenguaje; S a Saussure; V a Vygotsky; y F a Foucault. Elaboración propia.
El esquema 2 representa la incorporación de las tesis centrales de cada autor y que convergen para definir al lenguaje (L) como una facultad que está integrada por el pensamiento y el habla, que son posibles debido a la existencia de una esfera sociocultural en la que un individuo es colocado y coexiste con otros individuos. Esta esfera implica un orden, influye en la construcción de significados que, a su vez, dependen de cómo experimenta la persona (y también una colectividad) el hecho lingüístico y las significaciones de un código específico. De este modo, el lenguaje no sólo tiene una finalidad comunicativa, sino que también involucra una labor de constitución del sujeto mediante el discurso. Por supuesto, esta definición no es unívoca, ni pretende ser determinante.
- De lo estético a lo terapéutico
Es pertinente recalcar que sólo se ha considerado la propuesta de Nelson Goodman expuesta en el texto Maneras de hacer mundos (1978), que se ha procurado dirigir hacia un punto de encuentro con las reflexiones realizadas en torno al lenguaje por los autores Saussure (1916), Vygotsky (1934) y Foucault (1966), por lo que los argumentos presentados a continuación, se derivan de estas convergencias:
- a. El modelo puede aplicarse a cualquier sistema de símbolos, considerando que, de acuerdo con Goodman (1976), un símbolo es aquello que puede ser denotado, es decir, que se le asigna una propiedad que no le pertenece originalmente. Por ejemplo, un anillo o una argolla colocada en el dedo anular de la mano izquierda es denotado como un símbolo de compromiso o de matrimonio en occidente. Por lo tanto, lo denotado está ligado con los usos habituales, en este caso, del anillo y de la argolla. Lo mismo ocurre con el contenido de los SAAC, donde los dibujos, imágenes o fotografías, entre otros, son denotadas por el terapeuta o cualquier otra persona allegada al paciente. Por ello, la construcción de un SAAC, sólo es personalizada en cuanto a su forma y el uso común de los símbolos, y no con base en cómo el paciente percibe su entorno.
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- b. El modelo acepta y permite el análisis de múltiples posibilidades de explicar un mismo mundo, las cuales Goodman (1978) denomina versiones de un mundo. Por ejemplo, en una versión de matrimonio se hace uso de una argolla; en otra versión, el matrimonio se puede simbolizar con una actitud de confianza y apoyo emocional sin necesidad de portar una argolla. Estas manifestaciones no son exclusivas de una relación de pareja, sino que pueden presentarse en situaciones diferentes: la argolla se puede utilizar como un ornamento; la confianza y el apoyo emocional también se presentan en una relación de terapeuta-paciente, o en una relación de amistad. Mismas acciones u objetos pueden ser entendidos en diversos marcos de referencia, por medio de un análisis sobre el empleo de sus términos y de sus predicados. Cuando se utilizan SAAC para la comunicación, habría que cuestionarse si el paciente de verdad comprende los significados de su contenido visual o sólo responde por mera asociación. Es decir, cuando entrega una tarjeta de un dibujo de un vaso que contiene un líquido y recibe un líquido real a cambio, ¿comprende lo que es un líquido (agua, leche, refresco)? Es probable que ese líquido él pueda referirlo con otro símbolo. Ahí el reto de averiguar qué símbolo es, o sea, cuál es su versión del mundo que le rodea.
- c. El modelo verifica la validez y la corrección de una versión de la realidad, con base en la inferencia lógica, por lo cual no todas las versiones pueden ser aceptadas. Sin embargo, el modelo posibilita que una versión rechazada pueda ser reexaminada para validarla, a través de un ajuste en sus categorías, en el uso de sus términos o en sus predicados; si a pesar de ello la versión continúa siendo inconsistente, entonces la versión es falsa. Por ejemplo, si el uso de una imagen en un SAAC es denotado como algo distinto al uso cotidiano, habría que verificar si la respuesta del interlocutor es congruente con lo que el paciente espera; quizás un círculo “carita feliz” que simboliza felicidad para la mayoría de las personas, para el paciente significa “mamá”, porque él percibe a su madre con una expresión similar al del dibujo.
- d. El modelo se adapta a cualquier marco de referencia. Goodman (1978) destaca que, al hacer el análisis del sistema de símbolos, primero hay que considerar el uso que se le da a los términos, lo cual converge con las reflexiones que Saussure (1916) y Foucault (1966) hacen en torno al lenguaje, al decir que la significación de los signos depende del lugar que ocupen en una unidad sintagmática o discursiva; a esto Goodman (1978) le llama densidad sintáctica. Por ejemplo, el llanto en un velorio, en la mayoría de las ocasiones, refiere tristeza; el llanto de un neonato, indica que requiere se cubra una necesidad fisiológica; el llanto como reacción al logro de una meta, expresa felicidad. En el caso del uso de SAAC, los elementos son ordenados según el sistema empleado, como lo es en el caso del lenguaje signado, donde las oraciones obedecen la estructura: sujeto + verbo + objeto + sujeto (López y otros 2006).
- e. El modelo admite que los símbolos no son exclusivos de una versión y que pueden ser denotados con significados distintos en otras versiones, ya que obedecen a un marco de referencia. Goodman (1978) explica que, entre los esquemas, los dominios contienen etiquetas que pueden pertenecer a otros dominios. Esta idea también concuerda con la de Vygotsky (1934), quien dice que conforme el niño va madurando y según su experiencia en la interacción comunicativa, los significados que ha internalizado evolucionan. En esta misma línea, también se acopla el concepto de unidad paradigmática de Saussure (1916); a esto Goodman (1978) lo llama densidad semántica. Por ejemplo, el dominio “líquido” contiene etiquetas como agua, refresco, leche, etc., y al mismo tiempo, cada una de ellas, contiene otros términos como dulce, salada; de cola, de manzana; pasteurizada, deslactosada; respectivamente. Con base en esto, es posible diseñar el contenido visual de un SAAC con símbolos más significativos para el paciente, que con otros de uso generalizado.
- f. El modelo considera válidas y correctas versiones metafóricas, que lo hace aún más extensivo y funcional para el diseño de SAAC, debido a que los símbolos mostrados en uno de estos sistemas no necesariamente tendrían que parecerse a la realidad, por lo que posibilita que el paciente pueda crear un código propio igualmente válido que el lenguaje verbal. A esto, Goodman (1978) le llama transferencia, es decir, que un término puede modificar su significación dentro de un marco de referencia distinto al usual. Por ejemplo, los ideogramas creados por Bliss, son una muestra de transferencia, ya que un círculo nada tiene que ver con una boca real o un círculo contenido en otro, con un ojo (ver imagen 1).
Imagen 1. Sistema Bliss original. Elaboración propia con base en el autor Bliss, 19745
Con base en estos argumentos, es posible afirmar que, el modelo de Goodman puede trasladarse de lo estético a lo terapéutico respecto al uso y el diseño de SAAC, porque este cumple con los requisitos que aquel solicita para su análisis: posee una densidad sintáctica y una densidad semántica, presenta plenitud relativa y ejemplifica. Además, de forma implícita, el modelo promueve la comunicación humana al buscar un entendimiento de cómo están construidas diversas versiones, sin importar si se trata de enunciaciones verbales o de otros códigos.
- 2. Propuesta del modelo de análisis
En este punto se busca responder la pregunta de investigación: ¿qué categorías de análisis se requieren tomar en cuenta para diseñar un Sistema Aumentativo y Alternativo de Comunicación? Y con ello, validar la hipótesis planteada: considerando la integración del yo, las categorías son: emociones y sentimientos; autopercepción de la imagen corporal; sexualidad; relaciones humanas; actividades cotidianas; actividades recreativas; recuerdos; y deseos.
2.1. Construcción del modelo de análisis
El modelo de análisis se conforma por cuatro cuadrantes: marco de referencia, símbolos, función simbólica y cualidades identificadas (ver imagen 2).
Imagen 2. Modelo de análisis para el diseño de SAAC. Elaboración propia.
El cuadrante denominado “marco de referencia” es lo que permite entender en qué condiciones se está empleando un término y su predicado. Se considera el punto de partida de este modelo de análisis porque la descripción del contexto donde se lleva a cabo el acto comunicativo, favorece una comprensión del enlace entre los estímulos y las respuestas dadas por el emisor y el receptor. Por ejemplo, el significado de una pelota en un espacio terapéutico de rehabilitación difiere del que pueda tener en un espacio recreativo: el paciente podría manifestar desagrado en la terapia física, haciendo que la pelota sea denotada como un objeto agresivo; mientras que, en el juego, la pelota es denotada como un evento divertido.
El ejemplo anterior se enlaza con el cuadrante llamado “símbolos”, donde se hallan las categorías de análisis obtenidas de la investigación. Estas fueron clasificadas en dos dominios, considerando las dificultades que pueden llegar a presentar las personas con algún trastorno del lenguaje y que, además, pudiera acompañarse de otra condición:
- a. Integración del yo6 como individuo: esta categoría concierne a la expresión de emociones y de sentimientos, teniendo en cuenta que, de acuerdo con el neurocientífico António Damásio (en Educación Emocional 2006), una emoción es una respuesta que se origina en el cerebro (en la amígdala), se manifiesta en el cuerpo (palpitaciones, sudoración, dolor de estómago) y tiene como finalidad regular la conducta de los otros. Mientras que el sentimiento es la lectura de la emoción que, a partir de un estímulo (evento externo), se manifiesta en una reacción y genera un pensamiento del tipo: “esta situación es peligrosa”, “este momento me hace sentir muy feliz”. En la emoción se muestra la interrelación cerebro-emoción-cuerpo y en el sentimiento, estímulo-reacción-idea. Entonces lo que va a ser registrado son esas reacciones del cuerpo del paciente como risas, gritos, golpes en la mesa, aplausos, etc.
Dependiendo del grado de profundidad del trastorno del lenguaje, la persona puede llegar a expresar emociones y sentimientos de manera inadecuada. Por ejemplo, percibir que una situación de diversión es motivo de miedo, sobre todo cuando no hay elemento alguno que denote un riesgo para la persona.
- b. Integración del yo como ser social: en esta categoría se considera a la persona dentro de una relación de dos o más individuos. Por lo que se toma en cuenta la interacción, la expresión y la atención a sus necesidades básicas y su participación en actividades cotidianas y recreativas. La interacción refiere a la respuesta recíproca que se manifiesta entre las personas al entablar un diálogo o una conversación, al intercambiar información de cualquier tipo, a través de gesticulaciones, movimientos corporales y entonación de voz, entre otros, así como de manera escrita. Las necesidades básicas están reguladas por el cuerpo como el hambre, la sed, el dormir, requerir atención médica, es decir, todas las demandas fisiológicas. Las actividades cotidianas son todas las acciones que forman parte de la rutina del paciente como sus hábitos de higiene, hábitos alimenticios y visitas al médico, por mencionar algunas; y en las actividades recreativas, se pueden incluir aquellas que no forman parte de los hábitos del paciente y que pueden considerase como acciones que estimulan la creatividad, el descanso y la convivencia con personas poco allegadas al paciente, como salidas al cine, ir al parque, celebrar un cumpleaños, etc., es decir, las que conforman su contexto sociocultural.
Según el nivel de profundidad del trastorno del lenguaje, la persona puede manifestar:
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- Dificultad para relacionarse con otros. Por ejemplo, ser tímido porque no entiende cómo acercarse a los demás o ser rechazado por otros, porque no sabe jugar o no le entienden cuando habla.
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- Limitación en la expresión de sus necesidades básicas. En este caso, lo que expresa podrían ser frases ya hechas que no comprende, pero que le permiten obtener beneficios como el alimento, la bebida o un juguete, es decir, asocia la frase con una respuesta placentera.
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- Incomprensión de actividades cotidianas y recreativas. Al no haber un entendimiento sobre qué, cómo y/o para qué se hacen las cosas, para el individuo no cobra sentido y por ello puede mostrar desinterés o hacer las actividades mal (por ejemplo, cuando se trata de la tarea escolar, el niño no sigue instrucciones y el resultado es inadecuado).
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Los otros aspectos considerados en la hipótesis no fueron enlistados arriba porque se infiere que, debido a su naturaleza, no sólo se presentan por deficiencias del lenguaje, sino que se asocian a otros factores:
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- Autopercepción de la imagen corporal. Para que una persona pueda diferenciar su cuerpo y su mente del de los demás, requiere de autonomía sobre su cuerpo. La autonomía se empieza a adquirir cuando el niño da sus primeros pasos y sus palabras generan un efecto en el otro. Por ejemplo, un niño con parálisis cerebral que además manifiesta algún trastorno del lenguaje, probablemente le será difícil concebirse como un sujeto autónomo, ya que requiere de la asistencia para realizar actividades como comer o utilizar una computadora.
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- Sexualidad. Este punto está íntimamente relacionado con la integración del yo como individuo y como ser social, debido a que la sexualidad implica el comportamiento, el modo de vestir, la forma de moverse, entre otras prácticas, es decir, toda aquello que hace ser a la persona, incluyendo lo derivado de la autopercepción y el autoconcepto.
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- Recuerdos y deseos. En este caso, no sólo es necesario el lenguaje, sino que también depende de otras funciones superiores como la atención, la memoria y la percepción, entre otras. Por ejemplo, en el caso de una persona, cuyo trastorno del lenguaje también se acompañe de deficiencia intelectual, es probable que sus recuerdos sean elaborados de manera desorganizada, por motivo de la incomprensión del tiempo.
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El tercer cuadrante permite identificar la “función simbólica” de los estímulos presentes en el acto comunicativo, es decir, el estímulo sirve como una ejemplificación, una muestra o una etiqueta, un hecho o una figura, un esquema, una transferencia, una metáfora o una expresión. Entonces, la función simbólica refiere al material con que está construido el mundo del paciente. Siguiendo con el ejemplo de la pelota, esta tendría una función simbólica de transferencia, entre otras, aun cuando el paciente no sea consciente de ello, porque el objeto es denotado según el marco de referencia.
El cuadrante “cualidades identificadas” es útil para determinar si la versión de un mundo (del paciente) es válida (cómo opera) y correcta (cómo ha sido construida), a través del reconocimiento de los requisitos: densidad sintáctica, densidad semántica, plenitud relativa, ejemplificación y/o referencia múltiple y compleja. En la situación antes mencionada, la asociación pelota-agresión y pelota-diversión, cumple con el requisito de densidad sintáctica, porque la reacción del paciente ante el estímulo es consistente con base en el contexto y con su experiencia.
- 2.2 Algunas consideraciones para la aplicación del modelo de análisis
Cabe resaltar que además de la matriz de análisis antes presentada, se requiere de una evaluación mediante una entrevista y una observación, para identificar cómo se dan las funciones entre la conducta y los estímulos; a esto se le denomina análisis funcional y su objetivo es:
… describir la conducta y los eventos con los cuales se asocia; hacer predicciones (hipótesis) sobre los factores que controlan la conducta basados en las relaciones observadas de la conducta y los eventos; probar estas predicciones alterando los factores que se presumen para ver si la conducta varía conforme se predijo. (Kazdin 80)
El análisis funcional es un método que se aplica en la modificación de la conducta desde un enfoque conductista. Pero puede ser empleado para comprender la conducta con otros fines, como en este caso, donde lo que va a observarse es la díada estímulo-respuesta sin pretender modificar ni juzgar si la conducta es adecuada o inadecuada.
El método de entrevista, que puede tener una duración promedio de entre 60 a 80 minutos, consiste en recopilar información relevante del paciente, de la cual se pueden extraer datos sobre la percepción que la madre, el padre o el cuidador tienen sobre él y el trastorno del lenguaje, misma que puede favorecer positiva o negativamente en la interacción comunicativa, así como aquellos factores que permitan entender la evolución de las condiciones del paciente. Primero se registran los datos básicos del paciente mediante una ficha de identificación como: su nombre, fecha de nacimiento y su edad, en esta última, es conveniente especificar los meses y días de nacido, para determinar las características que tendría que presentar, según la etapa de desarrollo. También es importante anotar el nombre de las personas que suelen cuidarlo (madre, padre, abuelos, enfermero), pues entre ellas se genera un vínculo que puede ser utilizado para favorecer la comunicación. Después se indaga sobre el desarrollo psicológico del paciente, desde la percepción de la persona que solicita el servicio: se examina la etapa del embarazo, haciendo hincapié en las expectativas que tuvieron tanto la madre o ambos padres como otras personas significativas para la madre. Se hacen preguntas abiertas, de lo simple a lo complejo, que motiven la descripción y la narración de los eventos más importantes por cada una de las etapas, sin olvidar las preguntas que refieren el desarrollo motor, del habla y del lenguaje. Además, es de suma importancia elaborar una síntesis del diagnóstico brindado por el médico especialista que incluya la fecha en que se detectó el trastorno del lenguaje, si está acompañado de alguna discapacidad u otra condición, las áreas que se encuentran afectadas, entre otros; si el paciente consume medicamentos de prescripción, especificar los efectos secundarios en caso de que se presenten. El resultado de la entrevista se registra en un formato como referente para entender el contexto del paciente; el formato siguiente es un ejemplo de cómo puede organizarse la información, por lo que es válido modificarlo, ya sea agregando otras categorías u omitiendo algunas de ellas, según la naturaleza del caso (ver imagen 3).
Imagen 3. Formato de entrevista. Elaboración propia.
Para aplicar el método de observación, primero hay que definir dónde se observará la interacción comunicativa, con qué frecuencia y el tiempo que durará la misma. Dependiendo de las características del paciente y del entorno, la observación puede llevarse a cabo de forma directa permitiendo que el paciente se dé cuenta que está siendo observado; o de forma indirecta, a través de videos. En ambos casos se puede presentar un efecto de modificación de actitud, al saberse observados (tanto el paciente como su interlocutor), por ello es importante hacer énfasis en que lo que se busca es detectar los estímulos que pueden servir de símbolos para que el paciente pueda comunicarse mejor. Las observaciones generales, es decir, las que se realizan al momento, pueden ser registradas en un formato elaborado de acuerdo con las características del evento, donde se anote hasta el mínimo detalle de lo ocurrido.
Una vez realizada la evaluación, se procede a hacer uso de la matriz de análisis (ver imagen 2). Ahora bien, es posible que a los demás miembros del acto comunicativo no les haga sentido el símbolo, por lo que se puede hacer un ajuste donde sea necesario. Para ello, se emplea la matriz que permite analizar distintas versiones que entran en conflicto (ver imagen 4). En ella se describen las situaciones que entran en conflicto con respecto al símbolo. Se estudian los usos habituales que los miembros del acto comunicativo dan al símbolo y se establece si este empleo es por creencia, por tradición o por aprendizaje; el cómo aplican dicho símbolo, complementa al otro uso o se aleja de él. A partir de esto se puede detectar si el conflicto se da a nivel literal o metafórico: si se da a nivel literal, se posibilita su empleo a nivel metafórico, entonces la versión de ese símbolo es válida y correcta; pero si el conflicto se da tanto a nivel literal como metafórico, entonces la versión es falsa y por ende, no puede aplicarse en ningún marco de referencia, o sea, ha de buscarse otro símbolo que signifique lo mismo para el paciente y que pueda ser entendido por quienes le rodean.
Imagen 4. Matriz para el análisis de diferentes versiones de un mundo con base en Goodman (1978). Elaboración propia.
En resumen, la aplicación del modelo implica la inversión de mucho tiempo, pero apoya a la comprensión de una persona con trastorno del lenguaje en sus dificultades y específicamente en conocer los contextos donde se desenvuelve. Es posible que el paciente y demás personas dentro del campo donde se observan, podrían percibir como invasivo el hecho de ser observados, sobre todo cuando el observador esté haciendo anotaciones constantemente. Los videos7 son una opción para evitar la sensación de “invasión”, pero las condiciones del espacio podrían obstaculizar el registro fiel de las actividades, del audio y de la interacción, ya sea porque la cámara no ha sido colocada en un ángulo conveniente, porque hay poca luz, porque hay interferencias en el sonido o desde luego. Por el simple hecho de que una videograbación es sólo una parte de la totalidad del escenario, en ese sentido, quizá se estaría dejando fuera de la toma aspectos importantes del acto comunicativo.
Además de lo anterior, para llevar a cabo la entrevista se requiere que el entrevistador formule objetivos claros que justifiquen el porqué de sus preguntas; verifique el planteamiento de las preguntas, para corroborar que evalúan lo que se necesita; y genere un método para analizar la información obtenida, con el fin de destacar los elementos que ayudan a entender el contexto donde está colocado el paciente. Al igual que en la entrevista, la observación se realiza con base en objetivos definidos; los resultados registrados pueden compararse con los de la entrevista, para identificar de manera especulativa, las posibles relaciones entre lo descrito y lo actuado.
Conclusión
Diseñar un SAAC con base en lo que el paciente simboliza, puede ser una manera adecuada de estimular su intención comunicativa, ya que los símbolos empleados son referidos por él y no significados por otros. Aunque, siguiendo el pensamiento de Foucault, es posible que esos símbolos estén influenciados por referentes ajenos al pensamiento del paciente siendo. Sin embargo, esto es una cualidad que podría ser un beneficio que promueva la interacción comunicativa.
Tomando en cuenta que el lenguaje visual puede influenciar en el comportamiento y favorecer el aprendizaje, sería importante considerar integrar al SAAC, signos visuales con una composición mayormente dinámica, para incitar una conducta imitativa y por tanto, activa en el paciente. Asimismo, el SAAC además de ser una herramienta de comunicación, también tendría que ser un símbolo de vínculo entre el paciente y los demás, porque este es un elemento que igualmente ayuda al paciente a constituirse como sujeto.
Las personas que rodean al paciente son una clave importante para que este evolucione de forma positiva, pues, al igual que en la crianza de un niño que no presenta un trastorno ni discapacidad ni otra condición, el vínculo y la interacción son esenciales para un adecuado desarrollo. Es decir, si la madre lleva al niño de manera sistemática a la terapia de lenguaje, pensando que eso lo va a curar o que el logopeda es quien tiene que hacerse cargo de su lenguaje, entonces no va a haber cambios significativos en el menor. Es importante que la madre (o quien cumpla la función materna, por ejemplo, el padre, un tutor u otra persona que cuide del menor) se involucre, dando por hecho que su hijo sí le entiende y sí le va a responder, aunque el diagnóstico indique lo contrario. Porque el aislamiento y la privación de interacción con otros es causa de pobreza lingüística, pero el aislamiento y la privación afectiva es causa de una pobreza de la propia existencia.
Cambiando la dirección del tema, suponiendo que la persona con un trastorno del lenguaje manifiesta otra manera de simbolizar su entorno, parece ambicioso pretender entender cómo lo hace y está claro que hallar una respuesta requiere de un método que permita indagar en la mente del paciente. Aunque la psicología y en especial, el psicoanálisis tienen métodos específicos para hacerlo, hasta ahora no ha sido posible tener resultados contundentes sobre lo que hay en la mente del sujeto.
La aplicación del modelo de Goodman como una herramienta para promover la comunicación y estimular un lenguaje, es una llave que abre una de tantas puertas para comprender la subjetividad de un individuo. Quizá su perfeccionamiento y complementación con otros modelos, pueda brindar un acercamiento al conocimiento de cómo se da la adquisición y desarrollo del lenguaje en las personas con este trastorno y que además se acompañan de una discapacidad u otra condición. Ya que los estudios sobre estos temas explican qué es lo que hace a esas personas, así como las posibles causas de su discapacidad, pero muy poco se sabe del proceso que ocurre para ser lo que son, sobre todo cuando se trata de condiciones adquiridas.
Fuentes de consulta
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Vygotsky, Lev. Pensamiento y lenguaje. México: Paidós, 2015. Impreso.
Semblanza
Janice Salinas Vélez
Formación académica: es psicóloga por la Universidad Justo Sierra (generación 2004-2008), en donde mostró gran interés por el psicoanálisis y el lenguaje, siendo ambos temas base de su tesis de licenciatura titulada Proceso de separación-individuación y Trastorno Específico del Desarrollo del Lenguaje. Desde entonces, ha procurado tomar seminarios en psicoanálisis en diferentes instituciones como el Círculo Psicoanalítico Mexicano y el Centro de Estudios Psicoanalíticos Mexicano. Asimismo, ha adquirido conocimientos sobre el lenguaje a través de centros educativos como la Universidad de las Américas e ICONOS, Instituto de Investigación en Comunicación y Cultura, donde cursó la maestría en Comunicación y Lenguajes Visuales.
Actividad profesional: está enfocada en la docencia a nivel licenciatura, así como en la orientación y en la asesoría psicológica de manera independiente.
Correo: salvel.janice@gmail.com
- 1. De acuerdo con la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), se pueden identificar dos tipos de trastornos del habla, como parte de los trastornos del neurodesarrollo: 6A01.0 Trastorno del desarrollo del sonido del habla: “Se caracteriza por dificultades en la adquisición, la producción y la percepción del habla que lleva a errores de pronunciación, ya sea por el número de errores o el tipo de error o la calidad de la producción del habla que están fuera de los límites de variación normal esperada para la edad y el nivel de funcionamiento intelectual, y que causan una reducción de la inteligibilidad y afectan significativamente la comunicación…” (Organización Mundial de la Salud. Clasificación Internacional de Enfermedades 2019)
6A01.1 Trastorno del desarrollo de la fluidez del habla: “… se caracteriza por una interrupción frecuente o generalizada del flujo rítmico normal y la velocidad del habla caracterizada por repeticiones y prolongaciones en los sonidos, sílabas, palabras y frases, así como bloqueo y evitación o sustitución de palabras. La falta de fluidez en el habla persiste con el tiempo…” (Organización Mundial de la Salud. Clasificación Internacional de Enfermedades 2019)
- 2. Para ampliar la información sobre qué hace un terapeuta de lenguaje y cuáles son sus competencias, se puede consultar a Antonieta Mora y Ma. Paula Ruiz. “Perfil profesional del terapeuta de lenguaje. Basado en perfiles internacionales y la formación universitaria” (2010).
- 3. El término subjetividad, en este caso, es empleado en un sentido simple: “… se pretende aglutinar en una categoría de amplio nivel de generalidad, el accionar de una serie de procesos, formaciones, subsistemas y contenidos psicológicos que configurándose en disímiles combinaciones a partir de la fuerza de cohesión que brindan los vínculos necesarios entre ellos, se sintetizan en un conglomerado funcional. Este conglomerado funcional, como totalidad, se concreta en estados psicológicos que constituyen el mundo psicológico interno de las personas…” (Capote 4)
- En los Escritos de lingüística general (2004), Saussure especifica que “… en la lengua no hay signos ni significaciones, sino diferencias entre signos y diferencias de significaciones; las cuales 1° no existen más que unas gracias a otras (en los dos sentidos) y por lo tanto son inseparables y solidarias; pero 2° nunca llegan a corresponderse directamente.” (Saussure 2004 72)
- Se recomienda revisar Mr. Symbol Man de Bruce Moir y Bob Kingsbury (1974) en YouTube.
- Con base en la teoría del yo de Heinz Hartmann, el yo es una subestructura funcional, es decir, que sirve de puente para la construcción de la realidad exterior y de la realidad interior, considerando las capacidades de percepción, de lenguaje, motrices, entre otras (Hartmann 1969).
- La acción de videograbar, grabar y/o fotografiar al paciente dentro y fuera del contexto terapéutico, debe considerar el marco legal vigente en México respecto a la protección de la imagen y de la voz de las personas, el cual tiene su fundamento en los artículos 1, 6, 7, 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; en los artículos 16, 17, 20 y 21 del capítulo tercero de la Ley de Responsabilidad Civil para la Protección del Derecho a la vida Privada, el Honor y la Propia Imagen para el Distrito Federal (2006); en los artículos 78, 79, 80, 81 y 82 de la Ley de Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes para el Distrito Federal (2015); en los artículos 62, 63 y 64 de la Ley de los Derechos de las Personas Jóvenes para la Ciudad de México (2015); en los artículos 4 y 9, Fracción XXVIII de la Ley Federal para Prevenir y Sancionar la Discriminación (2014). (Flores, Elvia y Pérez, Ximena 2017)
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